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La huelga del metal de Vigo

martes, 09 de junio de 2009
Las fotos me han traído recuerdos de antaño. Barricadas, cargas policiales, materiales de los huelguistas y de los antidisturbios, y en el medio, los que no quieren alteraciones del orden público, y señalan, en nombre de la paz de los ciudadanos, a los trabajadores en lucha, como “bandidos” al asalto de una ciudad en la que no pasa nada, salvo la falta de entendimiento entre sindicatos y patronal del sector del metal, que ha requerido de la presencia policial para evitar desórdenes callejeros, que no sólo no se han impedido, sino que han sido todo un espectáculo de choque policía-obreros, con avisos sobre la continuidad, in crescendo, del calendario de movilizaciones, que sumará a los trabajadores de la factoría de Citroén, el próximo 12 de Junio, para entrar a partir del 15, en huelga indefinida.

La cuestión es, no es tanto, el desacuerdo entre las partes en litigio, como el ambiente que ha comenzado a fraguarse en un país con más de cuatro millones de trabajadores parados, y una patronal cuyas recomendaciones pasan por medidas que faciliten el despido, para adecuar las plantillas a sus intereses, y ello, tras una política gubernamental que, ayudó a costa del endeudamiento público, a las entidades bancarias y de crédito, a salir del atolladero en el que se habían metido por atender las demandas de dinero del sector de la construcción.

Temo que lo de Vigo, “ciudad obrera”, en una comunidad gobernada por la derecha, pueda ser, un primer experimento de la clase trabajadora, para poner a punto su capacidad de movilización social, frente a una crisis en la que pagan el pato los trabajadores, que son los que no la han provocado, y como de costumbre, pueden y “deben” ser, los grandes sacrificados por las vicisitudes del mercado.

En medio, la policía antidisturbios, que en cualquier lugar del mundo civilizado y democrático, sale a la calle para evitar las acciones de los huelguistas, que precisamente, ya lo saben de antaño, lo que les espera; de ahí su capacidad de organización y la provisión de artilugios que suelen llevar a estos “eventos”. En medio, los peatones. Ciudadanos que, hoy por hoy, no se han enterado que España es el País de Europa con el doble de parados que la media de la U.E., y con una oposición, por lo tanto alternativa al gobierno que pilota la crisis, cuyo modelo está más cerca de las pretensiones de la patronal, que de la clase trabajadora y de los sindicatos. Por cierto, unos sindicatos, acusados hasta la saciedad, en los últimos tiempos, de amaestrados, funcionarios, y faltos de iniciativa, ante la situación que se vive en nuestro mundo laboral; por lo tanto, tarde o temprano, tenían que reaccionar de la manera que es habitual, es decir, conflicto con algarada, para mostrar el poder obrero, popular, no sólo a los empresarios, sino a la autoridad competente, para que se de cuenta, que la situación social se hace insostenible. Más insostenible, cuando se hagan públicos los resultados semestrales de las compañías financieras, eléctricas y demás, que a pesar de la crisis, y gracias a las inyecciones de dinero de las arcas públicas, podrán tapar agujeros y repartir dividendos.

Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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