SALTO CUALITATIVO DE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL ESPAÑOL

En el programa de radio Herreraypunto, Carlos Herrera y Lorenzo Diaz se preguntaban si la violencia en el futbol español habia aumentado, y si la democracia no deberia poner los medios necesarios para remediar este grave problema.
En las ultimas semanas se viene dando un salto cualitativo de la violencia en el futbol, a saber:
- La invasion de los terrenos de juego que hace tiempo que no se veia, y que fue acompañada de violencia extrema por parte de los invasores y de algun jugador que agredio de igual manera a sus atacantes. ¿Cómo es posible que se de esta accion tan peligrosa?.
- El arrojar objetos a los terrenos de juego, incluso bancos arrancados. Todas las semanas vemos como se arrojan objetos, algunos de los cuales han impactado a los jugadores, equipo arbitral, etc. ¿Por qué no se toman medidas?
- Se han lanzado de nuevo bengalas, que anteriormente habian producidos muertos, incendios. ¿Acaso se han relajado los controles?
- Manifestaciones violentas de hooligans. En este sentido, conviene tener muy claro que no hay hooligan malos: de extrema derecha, con los que hay que meterse en los medios. Especialmente algunos que van de progres, nacionalistas, etc., y que, en concreto, en el caso del partido de alto riesgo Madrid-Barcelona, se dedicaron unos dias antes a calentar el partido dando cancha a provocadores que repitieron los argumentos que vienen utilizando los hooligans nacionalistas de uno y otro color. Y hooligans buenos: los de extrema izquierda, los nacionalistas violentos, los antiglobalizacion, antisistema, etc. Con los hooligans violentos, con la violencia dentro y fuera del campo, hay que manifestar la maxima firmeza democratica, tolerancia cero; y hay que tomar todas las medidas necesarias para que no vuelva a repetirse. Hace años que el senado español elaboro un riguroso informe sobre la violencia en el futbol, del que doy cuenta en mi libro “Sociologia de la violencia en el futbol”, donde se establecen numerosos medidas para hacer frente a esta violencia. ¿Por qué no se han aplicado?.
- Acoso dentro y fuera del campo (para lo que incluso esperan mucho tiempo), en algun caso acompañado de agresiones, de grupos hooligans, a jugadores, equipo tecnico, directivos, etc. , En este sentido, los jugadores, equipos tecnicos, directivas, presidentes, etc., deben ser responsables dentro y fuera del campo, y no generar con sus actitudes, comportamientos, desplantes, etc., mal ambiente entre los aficionados. En cualquier caso, la violencia nunca esta justificada, ni puede ser admitida, ni legitimada.

Por otra parte, la federacion y los arbitros, junto a los presidentes, directivas, equipos tecnicos y jugadores, tienen tambien que ponerse de acuerdo para acabar con las reiteradas protestas de los jugadores durante los partidos, con el juego duro y sucio, con los jugadores que se entrenan para engañar de mil y una maneras, para practicar juego sucio y duro sin que los vean, etc.. El futbol (los deportes), son una referencia fundamental del juego limpio, la competencia y cooperacion con principios. Es nefasto, completamente negativo y rechazable, que parte de lo que se vea, lea y escuche en/sobre el futbol (y otros deportes), que lo que se aprenda y muestre, sea a jugar sucio, a hacer todo tipo de trampas, triquiñuelas, marrullerias, chanchullos, corrupciones, politiquerias (numerosas instituciones publicas financian muy generosamente a equipos profesionales de futbol y otros deportes). Parte de lo que no se ve es muchisimo peor.

Los medios de comunicación, y especialmente los deportivos, no basta con que se rasguen las vestiduras ante violencia. Deben preguntarse, como grandes instancias socializadoras que son (actualmente las mas importantes: representar el mundo es hacerlo e imponerlo), que tienen ver con la violencia (primaria, simbolica, mediatica, iconica, etc.) en el futbol y otros campos (constantemente escuchamos frases como: ”ganar en el ultimo minuto de penalti injusto, por lo civil o por lo penal”; y cosas mucho peores), y que deben hacer para combatirla permanentemente.