El jueves 12 de julio, la Fundación de mujeres por África exhibió una película en el ciclo 'Ellas Son Cine' titulada 'Les Bienheureux' (Los bienaventurados). Se desarrolla en Argelia, en su capital Argel en 2008, poco después de que se cumpla un decenio de la sangrienta guerra civil.
Se trata de la búsqueda de la identidad argelina, después de la guerra de independencia y el posterior conflicto bélico con los integristas, que hacen del árabe y del Corán su
bandera.
Al inicio, la película introduce al médico Samir y a su esposa Amal. La decisión entre quedarse en Argerlia o mudarse a Francia tensa su matrimonio y su relación con su hijo, Fahim. Fahim se identifica con los musulmanes y la clase baja de Argelia, y rechaza a la clase media francesa que son sus padres.
Más de cuatro millones de argelinos viven en Francia y es difícil encontrar un argelino que no tenga parientes en Francia. Es una situación parecida a la de Cuba y al papel que juega la emigración en Miami. Son relaciones típicas de odio amor, las heridas y llagas de la independencia no acaban de cerrarse y no termina de emerger una identidad clara argelina, más allá de la religión y del idioma árabe, pero sus dirigentes están formados casi en su totalidad en Francia.
Se ve a jóvenes que rechazan el modo de vida y las creencias occidentales, aunque les guste la música de Estados Unidos y sean integristas, muy cerca de las creencias fundamentalistas de los yihadistas. Uno de ellos se hace un tatuaje con una sura del Corán en un ambiente de rebelión, acrecentado por el consumo de las drogas. Una juventud desorientada y sin trabajo. Fácil presa de los imanes radicales.
La película también cuenta la historia de su amiga Feriel, una chica forzada a crecer rápidamente después del suicidio de su madre durante la guerra y tener que ejercer el papel de madre, mantiene una relación extraña con un comisario de policía al que visita apoyándose mutuamente, son personajes a la deriva.
Samir y Amal discuten sobre la educación de su hijo. La madre no ve futuro para él en Argelia, mientras el padre hace valer la lucha por la independencia y la contienda civil. Es un patriota, que desea mejorar su país en que encuentra intolerables las cortapisas a las mujeres y los problemas de corrupción y la arbitrariedad de la policía, pero cree que Argelia puede salir adelante, que es cuestión de tiempo y de afianzamiento de la democracia.
El hijo desconcertado navega entre dos aguas. Los amigos de los padres son afrancesados y los suyos integristas. Está en la encrucijada entre un país que nace y dos identidades la colonial francesa y la de un islam que no es argelino. No quiere perder el sentido de pertenencia que tan difícil le está resultando y tener que empezar de cero en Francia.
Su hermana también desea seguir viviendo en Argelia y ser parte de la solución y no del problema. Trata de superar las limitaciones que tienen las mujeres en Argelia con firmeza y fuerte personalidad.
La película refleja la rápida evolución de una sociedad como la argelina sometida a traumas y en que sus personajes en medio de diversas vicisitudes buscan la identidad nacional y conseguir esas bienaventuranzas de las que hable el título de la película.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
