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Hablando de Viveiro: A los desmemoriados

viernes, 13 de julio de 2018
Con motivo de mi apoyo al concejal Sr. Cal sobre su actuación para recuperar el Parque -quizás pudiera haberse hecho de otra manera, pero era necesario y urgente- he recibido críticas, también apoyos que agradezco, y alguno hasta me ha acusado de defender a un Señor, desconociendo que a lo largo de mi trayectoria de colaborador en los medios sólo he servido al Sr. Viveiro. Única y exclusivamente.

Si he alabado a Cal, como pudiera hacerlo con Orlando o la misma Isabel Rodríguez, ahora subdelegada del gobierno en Lugo, es por su correctísimo proceder como concejales, y no por adscripciones políticas, porque no milito en partido alguno.

Admiro el correcto proceder de las personas en sus cometidos y agradezco la ingrata labor de servicio público. Quien me conoce sabe que no forman parte de mi circulo personal -con la Sra. Doctora no hablé nunca-, pero eso no es óbice para aplaudir sus desvelos.

Personalmente, bien me hubiera ido si me hubiese dejado corromper por algún político de infausta memoria o dejado sobornar por algún constructor, o también si le hubiese bailado el agua a algún alcalde, hubiese aplaudido a la clase dominante, o si me hubiese callado ante los abusos… pero se da la casualidad que salí “rebello” (rebelde) y que ni siquiera formo parte de camarillas -las camarilla hacen clac y aplauden- y no habitúo a mendigar favores. Tengo el defecto de ser independiente, criticón y hasta sé que mi acidez me ha reportado muchos enemigos, que incluso se han vengado en mis escasas propiedades.

Lo que desconozco son los logros de mis esfuerzos. No soy consciente de ninguno que no sea sembrar sueños en mis lectores o decir las verdades de este barquero que vive tierra adentro. Verdades con las que muchos lectores se identifican y que, curiosamente, “olvidan” o desconocen los “esbardalleiros”. Por cierto, me acusan de insultarlos cuando el diccionario tiene una acepción muy clara (persoa que fala moito sen saber o que di). Yo no insulto, describo a quien no argumenta.

Por tanto, es necesario recordar que en más de cincuenta años, fallecidos mis bienqueridos amigos Neira, Gerino, Yacaré, el Pescador… (¡pasaron tantos años sin relevo¡) que alguien debía de seguir su estela crítica, pero esta labor no reporta más que lavado de la conciencia colectiva, que no son precisamente dividendos, ni reporta nada más que la gratitud de aquellos vecinos que esperan que alguien luche en la batalla. Batalla que continúa en el tiempo y siempre fue la razón de ser de los que escribimos sobre nuestra tierra.

El problema es que, en esta labor incomprendida, medran los enemigos que vienen siendo aquellos a los que les descubres sus miserias y, sobre todo, los abusones que realizan tantas tropelías en el pueblo, a veces en connivencia con las autoridades. Algunos no nos dedicamos a extraer arena de la playa, ni somos responsables de que las casas del casco sean tan altas, ni dimos las licencias que les cuestan a los vecinos cientos de miles de euros en indemnizaciones, ni compramos marisco para políticos, ni somos funcionarios que reciben sobornos, ni pusimos el puerto de Celeiro donde está, ni “arrreglamos” la Plaza, ni hicimos ninguna concesión administrativa de terrenos de Costas para privatizarlas. Ni tan siquiera somos responsables de leyes que eternizan dichas concesiones. Eso lo hace la clase dominante, los señoritos, esos que tienen poder y la sartén por el mango.

Pero tampoco somos nosotros los que construimos el Motel y dimos permiso para esas alturas, ni quien construimos chalets en Covas al ladito de la playa… Porque aquí hay analfabetos riquísimos que tienen que tener expertos asesores en corrupción y… me imagino que amigos en los responsables de investigar. Porque Hacienda somos todos hasta… Corina. Por cierto ellos llegan a acuerdos con Hacienda ¿ y usted también hace tratos?.

Algunos amigos me animan y me dicen: aínda lles das pouca caña, hai demasiados golfos. Contestaré: Nieves, para hoxe xa levan a su dosis e á señora de Escourido, a quen lle tirou Costas a caseta, recórdolle: “as leis de Costas son dependendo de quen sexan as costas (espaldas). Inteligentibus pauca (Os intelixentes con poucas palabras entenden).
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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