Seductores de España uníos para impedir que nos quiten a Don Juan y a la Celestina. La superministra de Igualdad Carmen Calvo os quiere mandar al desván de los muebles viejos o de los objetos irremediablemente perdidos.
Doña Carmen con voz firme e imperiosa proclamó, con aires de madre superiora imitando a la portavoz(a) del gobierno, que las mujeres tienen que dar su consentimiento explícito de querer o de aceptar las relaciones sexuales. No específico si el consentimiento debe darse ante notario o basta un documento firmado por la interesada, nunca mejor dicho.
Los jueces según Doña Carmen no tendrían margen para interpretar y como en el circo romano levantarán el pulgar o lo bajarían en señal de condena. Según los compañeros de Podemos estos escribas de la ley necesitarían ser reeducados para ser paladines de la lucha sin par contra el machismo.
Adiós a las románticas que ceden a las caricias y a las vanas promesas de sus amantes. Adiós a las tímidas, cuyos ojos despiden fogonazos de pasión, pero sus labios permanecen sellados. Adiós a las montaraces de La fierecilla domada de Shakespeare, que recharazán a sus enloquecidos amantes. Adiós a las floristerías cómplices de tanto fornicio y a las peluquerías e incluso esas tiendas chinas de las uñas, todas estas frivolidades desaparecerán y se sustituirán por mujeres, que como le gustaba a Adolfo, el caudillo alemán, utilizaran únicamente agua y jabón para conservar a ultranza su virtud inmaculada.
Los seductores profesionales en la intención de la sra. ministra deberán ser reeducados y recluidos en campos de desamor, donde se prohibirán las palabras de lisonjas inaceptables como "guapa", y piropos aunque sean de buen gusto. Se deben multar y perseguir por una nueva milicia de "carmenitas" por la alcaldesa de Madrid, la que en el orgullo dijo aquello de "todos, todas y todes" dejando patidifusos y anonadados a los académicos de la lengua, a quienes la ministra de igualdad ha encomendado feminizar la
Constitución española.
Seducir será cancelado del diccionario y se proscribiran los lances amorosos. Entraremos en nueva etapa victoriana entre las damas y camitas se exhibirán a cual más y los varones se reprimirán y domarán. Los niños seguirán trayéndolos los emigrantes que a falta de otros incentivos se dedican a tener niños y todavía prefieren bebes a tener perros como gusta a toda esta legión de la nueva caverna del ecologismo urbano.
Me confieso seguidor del Marqués de Bradomin y me encuentro horrorizado.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
