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La herida en la lengua

martes, 29 de mayo de 2018
“Pero la verdadera puerta está escondida y no puede ser revelada. Sólo la he rozado contemplando la mente”.
(Bodhidharma)

“La escritura de mis 'diarios' es el testimonio de una voluntad comprometida en ese empeño; son una obra en marcha que terminará, sospecho, al tiempo de mi capacidad de observarme y dar cuenta de ello”.
(Chantal Maillard)


Estas palabras nos indican el camino que ha seguido nuestra protagonista… En cierta ocasión le preguntaron: ¿Qué es poesía? Reflexionó unos segundos y durante dos horas comenzó a leer a un La herida en la lenguapúblico que llenaba la sala… Nacida en Bruselas en 1951, a los 17 adquirió la nacionalidad española. Vivió durante un año en Benarés y esa vivencia nunca le abandonaría. Se especializó en filosofía y religiones indias; se doctoro en filosofía pura y ha sido profesora titular de Estética y Teoría de las Artes en el departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga. Cultivó la prosa poética en “Filosofía de los días críticos. Diarios 1996-1998”. (Pretextos-2001) 48 ghats, la primera parte, es un peregrinaje o vía crucis por la orilla del Ganges. La segunda, Diario de Benarés, describe el itinerario de una conciencia observadora que acaba siendo objeto de su propia observación y como ensayista, “El monte Lu en lluvia y niebla”.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Y respondiendo a una pregunta de la escritora Susana Guzner sobre ¿A que huele Benarés? ¿y Málaga? ¿Recuerda los aromas de Bruselas? “Sí, cada lugar tiene sus olores. La memoria olfativa es la más fuerte, según creo. Benarés huele a innumerables cosas: a zotal, a petróleo, a boñiga, a aguas residuales, a cielo húmedo, a pétalos de flor de caléndula, a betel, a incienso, a té con leche a especias... Todo eso se mezcla dando como resultado un olor muy especial” Al leerla el lector se encuentra con alguien que te cuenta la realidad de un país a través de un sentimiento que te va dejando según te vas alejando de él, aunque nunca olvides el mismo. Por qué todo lo bueno y lo malo. Lo real. Nos guste o no nos guste lo mantenemos en nuestra mente como si nunca lo hubiéramos perdido. En cierta ocasión asistíamos a la presentación por parte de Rafael Argullol del “Laberinto del Amor” del profesor Óscar Pujol y en una esquina de se hallaba nuestra protagonista, escuchando con atención las palabras que tanto él publicó como los invitados decían una y otra vez. Al minuto miramos y ya no estaba en la sala. Despareció. Ya no estaba… Utiliza las palabras como portavoz, como si desde un auditorio, estas estuvieran hablando a unos oyentes y estos mantuvieran esa “algo” presente. Y si hablamos de sus cuadernos no lo hacemos de unas crónicas de viaje, sino que según la autora- dan cuenta los mismos de un punto de vista-, o más bien de un punto de estar.

De su estancia allí y de su interés por integrar las distintas vertientes de la experiencia humana, fueron fruto el libro de poemas, “La otra orilla” (1990) Además, “La razón estética (1999) y Rasa. El placer estético en la tradición india” junto a Óscar Pujol con un prólogo del recientemente fallecido Raimón Panikkar.

Ha recibido en 1987 el Premio Leonor de poesía por el libro “Semillas para el cuerpo”, escrito conjuntamente con Jesús Aguado. Premio Nacional de poesía 2004 por “Matar a Platón” Se trata de escribir “para no mentir/ para dejar de mentir con palabras abstractas, matando esa tradición del pensamiento/ para poder decir tan solo lo que cuenta” Y en efecto, la escritura rodea ese instante, lo acecha, lo multiplica, lo despliega en un juego de espejos, de imágenes, de miradas.

A lo que apunta: “En los conceptos las cosas están congeladas. No las vemos, las reconocemos. Por eso es preciso eliminar las palabras en algún momento, emborronarlas para así poder ver las cosas de nuevo. Por supuesto habremos de volver a nombrarlas: sólo limitando una parte de la totalidad puede algo aparecer como algo”.

Y, en Husos, Notas al margen, (2006) como ella misma lo define: “Una teoría de la mente que se construye con el material de la propia vida; una topografía de los espacios mentales en los que se ubican las emociones y los estados de ánimo, reducidos a connotaciones sintomáticas de imágenes más o menos perdurables. El observador ya presente en los Diarios indios, aquí, en una vuelta de tuerca más va elaborando el método. Un método para ver, para controlar, para sobrevivir. Al observador le interesa conocer el mecanismo de las imágenes, su proceso de decantación, sus fisuras”

SEGUIMOS ESCRIBIENDO Y NARRANDO COMO LA VIDA MISMA
Leemos en Hilos: Llegar a otro. Sin / Otro. Sin llegar a. / No apretar los dientes. /Soltar la presa. Sin. Es una poesía despojada de su naturaleza en donde se encuentran todos los fragmentos del yo: sus profundidades y sus mecanismos, sus lugares y sus imágenes, fragmentos que sólo adquieren sentido mediante los hilos que los unen y sin los cuales serían destellos inconexos. A Hilos le sigue otro poemario, Cual, donde el sujeto reducido a una extrema escualidez, recala en el anonimato de “Cual” palabra genérica (“Cual podría ser cualquier persona, todos nosotros) y busca vías precarias para seguir existiendo. También ha reunido a un grupo de estudiosos, dando lugar a: “El árbol de la vida. La naturaleza en el arte y las tradiciones de la vida” (Kairos-2001) como no podía ser de otra manera.

BÉLGICA
Y 'Bélgica' (Pretextos). Un libro quizás en donde, muchos nos preguntamos ¿A dónde vuelve Chantal Maillard, o donde volvemos todos los que leemos, todos los vivimos en una vida llena de obstáculos? Recuerda, quizás al lector ese pasado que en ocasiones –por circunstancias-, intentamos ocultar. Y que forma parte de ese 'otro' viaje que es el interior.

“Y tras una profunda reflexión que podemos decir que es el viaje que inunda toda su obra… Vuelve de nuevo a la India; no olvidada, sino que vuelve al camino interrumpido que todos llevamos dentro… Con una edición de Antonio Rodríguez Esteban “India” (Pre-textos) unos textos que fueron escritos entre 1987 y 2012. Un periodo de veinticinco años. Diarios, Ensayo, Poemas y palabras mercenarias, una metamorfosis que de nuevo habla con palabras y significados, de un tiempo pasado, pero al mismo tiempo se hace presente en la vida de cada uno de nosotros. Y cuando terminamos de escribir, de leerla una y otra vez… Es la editorial “Vasos Rotos” de Jordi Doce que publica: “Chantal Maillard. La baba del caracol” Parece querer volver al principio, a preguntarse lo que fuimos y lo que hemos sido: “¿Qué significa crear?, ¿Qué cometido tiene el poema?, ¿Qué cometido tienen las artes actualmente?” Preguntas que todos contestamos, ahora bien cada uno bajo el punto de vista de su percepción personal” Y ella desde el silencio apunta: “Una gota de agua sobre una hoja es infinita; esa gota de agua en esta hoja, ahora, en este instante”

“LA HERIDA EN LA LENGUA”
Tras un periodo de siete años vuelve de nuevo con un nuevo trabajo, quizás no sea tan nuevo, sino que sea algo escondido, guardado como todo lo suyo y hace de nuevo que las palabras, los sentimientos, las emociones, lo emocional hagan acto de presencia:

“Entre una imagen mental y otra imagen mental
entre una idea y otra idea
¿dónde situarse para alcanzar a toda la manada?
situar quien, ¿el mí?”.
(Chantal Maillard)

“La lengua no acierta a decir lo que no acertamos a entender. Entonces el poema balbucea, merodea, desarticula, desvincula y al hacerlo, sorprendentemente, vuelve a articular la realidad desde el anverso…”.
(La Herida en la Lengua… Chantal Maillard. Tusquets. Editores. Nuevos textos sagrados)


Antes y en esta misma editorial ha publicado otras obras de sumo interés. Y vemos que las palabras, la poesía, lo emocional tienen algo y mucho que decir. Asistimos a ese dualismo que ha formado y forma parte de nuestras vidas. Hilos, o Hainuwele y otros poemas. Obras que ya sido reseñadas en distintos medios de comunicación.

“Hainuwele se instaló en el centro del lugar de la danza y durante nueve noches distribuyó dones a los danzarines. Al noveno día los hombres cavaron una fosa en medio de la plaza y durante la danza arrojaron en ella a Hainuwele. Se tapó la fosa y los hombres bailaron por encima”.
(Mito de los Marind-Anim de Nueva Guinea).
Mirás, Roberto Carlos
Mirás, Roberto Carlos


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