La denuncia del plan conjunto de acción con Irán en materia nuclear y el restablecimiento de las sanciones a este país amenazan a la paz mundial. Este es el mensaje lapidario que nos transmite nuestro amigo Jeffrey Sachs, para él que la seguridad de Europa depende de la defensa del acuerdo con Irán, a pesar de la retirada de Estados Unidos.
Es vital que las relaciones económicas con Irán continúen y esto depende no solo de Europa, sino también de Rusia, China y otros estados miembros de Naciones Unidas. La postura europea es fundamental para que se mantengan las relaciones económicas.
Israel y Arabia Saudí han seguido con enorme satisfacción esta medida americana. Israel evita llegar a ningún compromiso con los palestinos y Arabia Saudí se felicita por el enfrentamiento con Irán. A los dos países le gustaría que estallara una guerra entre Estados Unidos y Irán.
Este desmán americano de cambiar regímenes en Oriente Medio ha producido resultados horrendos para Europa y los Estados Unidos, además de la destrucción y el sufrimiento para los países implicados.
Estas guerras a la carta son la causa principal de la migración a Europa desde el Oriente Medio y el África del Norte. Afganistán, Irán y Libia después de las intervenciones nadan en la violencia y en la instabilidad y, en el caso de Siria, en que no se han podido derribar al régimen, el resultado ha sido la guerra permanente.
El fracaso del Presidente francés Emmanuel Macron, de la Primera Ministra del Reino Unido Theresa May y de la Canciller alemana Angela Merkel, que no ha conseguido convencer a Trump, algo, nos dice Sachs descontado. Por dos razones todas las administraciones americanas buscan la hegemonía en Oriente Medio y el tipo de psicopatía de Trump, remacha Jeffrey, lo impulsa a mofarse de los líderes europeos.
El acuerdo con Irán puede salvarse porque es un acuerdo multilateral respaldado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Resolución 22/31) y no únicamente un acuerdo entre Estados Unidos e Irán. Además, según el artículo 25 de la Carta de Naciones Unidas es de obligado cumplimiento para todos los estados miembros.
Trump con su retirada viola el derecho internacional. La esencia del mencionado acuerdo y de la Resolución 22/31 es el cese de las actividades de Irán que les conduzca al desarrollo de las armas nucleares. Como contrapartida se ofrece la normalización de las relaciones económicas internacionales y el levantamiento de las sanciones.
Ya se están viendo las consecuencias. Sube el precio del petróleo hasta los 80 dólares, resuenan tambores de guerra y, si estallara la guerra, podríamos estar en vísperas de una tercera guerra mundial.
Otra medida indeseable sería que lo Estados Unidas chantajearan a los países con que mantienen relaciones comerciales amenzandoles con sanciones o restricciones. Esto, según Sachs, lo podrían hacer imponiendo sanciones a las compañías, tanto nacionales como extranjeras, que operan en Irán.
Esto acarrearía efectos indeseables para los intereses americanos,pues en las transacciones economicas con Irán se suprimiria el dólar y se efectuarán en euros o renminbi.
Europa debe oponerse con toda su fuerza a estas sanciones y retaliar con imponer las mismas restricciones a las empresas americanas en Europa.
Europa no debe atemorizarse, ya que nos expondríamos a los puntapiés del pirómano Trump,lo que se debe hacer es presentar demandas contra las medidas punitivas en la OMC y llevar la controversia al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de Naciones Unidas. China no se dejaría impresionar y capitalizara las oportunidades de negocio en Irán, y para Sachs harían muy bien.
Es importante este diagnostico que hace Jeffrey Sachs, diciéndonos que el desafío mayor no es legal ni geopolítico, sino que es psicológico. La alianza de intereses que nos une a los europeos con los americanos, ya que compartimos los mismos intereses, valores y enfoques ya no existe desde que el proteccionismo se ha instalado en la Casa Blanca.
En estos artículos, que no dudo clasificar como estupendos, hay una idea clave que quiero compartir con mis amables lectores, el de que los Estados Unidos no pueden imponer a los demás lo que ellos no quieren cumplir. Como vimos en otro artículo, no se puede desnuclearizar a todos y no desnuclearizarse a si mismo. Debe regir el toma y daca o para los mas cultos, el do ut des.
Sin embargo, Estados Unidos y Europa tienen muchos intereses compartidos, pero no se puede imitar a los americanos cuando violan el derecho internacional.
Si Donald y sus consejeros comenten locuras, Europa no puede seguirles. Hemos llegado al momento de la verdad. La paz mundial depende de la defensa europea de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas del comercio internacional.
Esto exigiría un fuerte liderazgo que la Sra. Mogherini con su fragilidad no tiene, ni tampoco la depreciada por el Brexit Theresa May, ni el grandilocuente Macron, enfangado en mil y unas huelgas, ni la Sra. Merkel con su liderazgo tambaleante.
En mi opinión, Europa no necesita salvadores de la patria, sino millones de ciudadanos que se opongan al populismo y la tentación de quebrar los preceptos del derecho internacional, saltándoselos a la torera.
Después de esto me voy a ver la corrida de esta tarde de la Feria de San Isidro con el pirata Padilla, el gabacho Castella y el peruano rompetechos Roca Rey. A falta de política internacional en España tenemos nuestra fiesta nacional, los toros, queridos amigos.
Al bravucón toro americano hay que asestarle un buen volapié.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
