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La gallina de Eurovisión

miércoles, 16 de mayo de 2018
Este año por circunstancias estoy más en casa y este sábado no he querido perderme Eurovisión, animado por el morbo de unos representantes Amaia y Alfred que pocos días antes de este gran show se retratan con un libro "Mierda España", como si fueran familia de Quim Torra, el Bon vivant, que se ha apuntado al otro gran espectáculo del día con la lectura de su discurso de alegre lacayo en el Parlament de Cataluña.

No he sido nunca muy aficionado a los concursos de cantantes, aunque durante mis largos años italianos fue inevitable seguir el Festival de San Remo y comentar en los bares, en que se bebe café ristretto y capucino, las peripecias canoras de Doménico Modugno, Adriano Celentano, y Gianni Morandi, por citar a algunos de la era de oro de la Ciudad de las Flores y que coincidió también con la del cine con los Marcelo Mastroiani, Monica Viti y Alberto Sordi, sin olvidar a Fellini.

Lisboa es una ciudad encantadora con su Barrio Alto, la Plaza del Rocío y el incomparable barrio de Alfama donde resuenan los lúgubres y vibrantes fados, un grito de dolor de las meretrices y los hombres del mar.

Habría, me preguntaba algún aperitivo musical, con seguidoras de la gran Amalia Rodrigues, con fados y folklore. Nada de nada. Incluso ‎se denigraba a la época del fado, como la de las tres EFES, Fado, Fútbol y Fátima. A los progres nunca les ha gustado lo popular, para ellos tan alejados de las personas humildes el flamenco y el fado eran los símbolos de Franco y Salazar. Véase el cartel de San Isidro de este año uma afrenta más de Carmena a los madrileños y sus tradiciones populares.

El Auditorio Altice Arena de Lisboa podría estar en cualquiera de las ciudades nórdicas europeas. Con un enorme escenario y modernas instalaciones, para este gran show televisivo, una cita anual que este año congregó a 42 países europeos y a Israel y a Australia.

La coreografía de vídeo clip, estuvo bajo la batuta de un sueco Christer Bjorman, un excelente productor de espectáculos, aunque mediocre cantante, como ciertos famosos entrenadores que no brillaron como deportistas, pero son duchos en la direccion.

Christer es el deus ex machina, el factotum, elige el orden de las 26 canciones y la idea y el montaje de estas producciones más televisivas, que para un público muy entusiasta con sus banderitas, hoy había muchos españoles, uno de cada seis, que se comportan como los hinchas deportivos‎, mas que como los más acompasado de los recitales.

La gallina de EurovisiónEn primer lugar un ataúd electrónico catapultaba a un cantante o a un gritador de Ucrania. Luego aparecieron Amaia y Alfred, con una balada romántica, agradable, paladeable, que los debía unir en un beso final, pero esta pareja descarada en lo político, se mostraron muy recatados ante un público que exigía pasión. Ningún signo de identidad nacional, aquí volvemos a los benditos progres.

Para identidad la de unos vikingos pacifistas, que representaban a Dinamarca, con sus barbas y sus atavios de la serie Vikingos. La mayoría de las canciones se presentaban con treinta segundos de folklore portugués. Veinte millones de presupuesto y el patrocinio del Ente del Turismo portugués, nos mostraban paisajes de este bello pais.

Mucha electrónica, un ruido discotequero, que hacía bailar a los fans, abundancia de grupos, más hombres que mujeres. Melodias muy conocidas, mezcladas con ritmos frenéticos. La cantante chipriota una bellísima mujer de origen albanés, muy espigada, vestida con medio millón de cristales Swarovsky, comenzaba su canción 'Fuego'‎,con una notas tomadas de la sintonía de la serie "L'affaire".

Muy pocas melodías románticas, como las de los nuestros, abundaba el rock como el de los suecos y otros conjuntos. Nada reseñable y en la estela de los videos de Madonna, Beyoncé o Lady Gaga.

La vencedora del certamen fue Netta, una cantante israelí, que según un comentario cazado al vuelo, parecía la novia de Falete, una joven gordísima, pero dotada de dotes de vedette‎. Imitaba a una gallina, que ridiculizaba el acoso, el título era "Juguete" acompañada en sus ritmos de corral por bailarines frenéticos. Un esperpento en toda regla, que encanto a espectadores, jurados y telespectadores. La cantante contrastaba con su figura rococo con las escuturales presentadoras fabricadas en serie y con las portavoces de los jurados con sus escotes y transparencias.

Respecto al compromiso civico. La mejor Italia con una canción con mensaje "Non mi avete fatto niente", dirigida a los terroristas, que no habían conseguido parar la vida. Había ganado el Festival de San Remo de este año. No hubo ningún otro compromiso político, aunque quedó claro que Israel es muy popular entre los europeos, con exhibición de decenas de banderas, que no habran sido del gusto de los amigos palestinos.

Los países latinos, franceses, portugueses y españoles, fracasamos en lo melódico yendo contra corriente de nórdicos, países del este que se prodigaron en ritmos discotequeros muy calientes.

Nuestro único consuelo patrio, es que la cantante más bella y sexy de la noche, la Elenita chipriota de Fuego es novia de Botia, que fue jugador del Sporting. Algo es algo.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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