La politica española está empantanada. El embrollo catalán mo se aclara. En Madrid la crisis del máster y del super enturbia la situación del PP y el
avance de Ciudadanos. Truculentos y salvajes asesinatos de mujeres, mientras las feministas se movilizan y un estafador del amor encandila a las damas y les afloja el bolsillo. Rebelión de los pensionistas, que exigen la revalorizacion de sus haberes.
Teruel existe. La provincia se despuebla. Como el grito de Cuenca existe de García Sanchiz. Extremadura quiere su AVE. Desiqulibrio demográfico y éxodo rural.
Puigdemont, nuestro entrañable Carlitos el Tramposo, tiene su flequillo irregular y alborotado, se encuentra incómodo en tierra hostil, donde se le hace el vacío, se reconforta tan sólo en presencia de sus incondicionales. Añora Bélgica y sus palmeros. Postula una política de tierra quemada. Es un grotesco yo o el caos. Una parodia de grandeza a la butifarra.
Madrid ha sido la roca fuerte del Partido Popular por su progreso económico y su gran avance en todos los campos, pero las malas practicas, la corrupción dilagante de personajes salidos de las mejores páginas de la picaresca hispana, revuelven las aguas y crean un ambiente irrespirable.
La crónica negra abre los telediarios, incluso en regiones tranquilas, con asesinatos alevosos a pedradas y con sicarios desalmados. Son crímenes pasionales e incluso mafiosos. Se hace una lectura en clave de género contra el machismo. Las feministas se centran en los sanfermines y claman contra la sentencia de 'La Manada', mientras otros jueces condenan a siete años por una violación con un cuchillo a una desgraciada víctima. No se ponen de acuerdo.
Los mayores salen a las calles en una revuelta empezada en Bilbao e impulsada por pensionistas en toda la piel de toro. El PNV se apunta un tanto exigiendo la revalorizacion de las pensiones para aprobar los presupuestos. La cuestión demográfica pende como una daga sobre la sostenibilidad, que palabro, de las pensiones. En El País se alaba el fin de la familia patriarcal, los hijos los tendrán los emigrantes.
Un caradura ofrece amor al contado y pone en riesgo los corazones sensibles de las damas. A pesar de las campañas contra el machismo, muchas mujeres se pirran por los caballeros, habría que enviarlas a campos de odio contra los varones vigilados y organizados por las gentiles alcaldesas de Madrid y Barcelona.
Aragón y Extremadura se enfrentan a la despoblación y al éxodo de sus jóvenes. La atracción fatal de Madrid y de las costas es irresistible. Un problema de muy difícil solución. Faltan infraestructuras, que nacerán deficitarias. Excepción de la conexión portuguesa, no favorecida por el recelo luso al avasallamiento de los castellanos.
En este panorama enrarecido de pantano y ciénaga es imposible que España pueda jugar sus bazas a escala internacional. Don Tancredo se mantiene inmóvil en el centro del ruedo ibérico.
Joaquín Antuña
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