Los últimos viajes del Papa Francisco, le están convirtiendo en el portavoz o vocero de los olvidados, de los marginados, de los que no tienen voz, en una palabra de los Miserables que escribió magistralmente Victor Hugo. Myanmar, la antigua Birmania y Bangladesh con la atormentada suerte de los Rohingya, Chile y Perú con la corrupción política y los pueblos indígenas. Anteriormente su viaje a Egipto, en apoyo de los Coptos.
Después de su fracasado jubileo de la misericordia que no fue aplaudido por el pueblo ni por la opinión internacional. Francisco, al parecer, se ha lanzado a una carrera desenfrenada para dignificar los basureros del mundo. De la etiqueta de Papa peronista ha pasado a ser el primer gran Papa ecologista y el mas ferviente seguidor de las Naciones Unidas. A mi juicio un giro copernicano, de esos, de 360 grados.
De trato muy afable gana mucho en la cercanía, sus discursos son muy simples, cariñosamente me he atrevido a calificarle de Párroco de Provincia, de la Pampa Argentina. Carece de la gigantesca formación académica y él lo admite, que tenía su antecesor Benedicto XVI pero tiene un gran olfato para entrar al trapo de temas muy difíciles, a veces muy polémicos y de atreverse a enfrentarse a toda la poderosa Curia Romana, incluso negándoles las vacaciones de verano. Quienes llevamos años en el campo de la Cooperación y los Derechos Humanos, nos sabemos de memoria el discurso de dar voz a quienes no la tienen.
Francisco se avergonzó de los abusos sexuales cometidos por algunos pastores, lo que en países como Chile y Estados Unidos han tenido una gran repercusión mediática; defiende también, las reivindicaciones feministas sin preocuparse del posible freno a la natalidad que implica la deseada liberación de la mujer. Emplea el italiano, como obispo de Roma que es, no se olvide, en todas sus audiencias y viajes, excepto en los que rozaría el ridículo si se dirigiera en la lengua de Dante a chilenos y peruanos. Me da la impresión de que quiere crear una arcadia cuando se refiere a los pueblos indígenas, pasando por alto, los sacrificios humanos, el canibalismo, el desprecio a la mujer, que ciertas culturas indígenas han traído consigo.
Es difícil hacerse un juicio de este singular Papa austral que se resiste a visitar los países que lo formaron que son Argentina y España, algo insólito en los últimos Papas que entre sus prioridades estaba siempre España. Habiendo estudiado en un Colegio de Jesuitas, en realidad en dos, en Inchauchu y Alberto Aguilera hay homilías, como se llaman a las platicas o discursos de los eclesiásticos que se conocen al dedillo y que por lo tanto no me sorprenden aunque su bajo perfil me dejen perplejo. De sus ribetes peronistas conserva su ataque a la competitividad y a las oligarquías y comparte un cierto tono quejembroso con sus compatriotas del tango.
Destacar que tiene mucho mérito intentar ser humilde dentro de la rígida jerarquía y fastuosidad del Vaticano al prescindir de los departamentos papales y del retiro de Castellgandolfo les condena a convertirse en museos sin alma ni vida. Sus guardias nobles vestidos de jefes de estación hubieran horrorizado a un Miguel Angel que volviera la vida. Este Papa del arrabal, tal vez nunca pensó llegar a Pontífice, ni tenía claro lo que iba a hacer como sucesor de San Pedro. Ahora y tiene mucho mérito, saca a relucir el destino trágico de los miserables del orbe.
Resaltar su apoyo a las Naciones Unidas, lo que rebela aceptar la complejidad del mundo, tratando de dotarle de espiritualidad y justicia y no al revés, como hacen la mayoría de líderes religiosos musulmanes, como los Ayatola de Irán que anteponen sus creencias religiosas a la globalización actual. Su punto de vista sobre Jerusalén, como ciudad con Estatuto Internacional y nunca como capital de un Estado, ha sido siempre una constante aspiración vaticana.
Es de agradecer también, su punto de vista sobre el derecho a decidir, que solo se aplica a los países aherrojados por las potencias coloniales por lo que no puede servir para Cataluña, así como el nombramiento del Arzobispo, ahora Cardenal de Barcelona que es un aragonés de cuerpo entero.
En definitiva, en estas líneas trato de reflejar el calidoscopio de imágenes de pinceladas diversas que ofrece este Papa Argentino, hincha del San Lorenzo de Almagro.
Joaquin Antuña
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