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Educación, la gran política

martes, 23 de enero de 2018
Inundados como estamos por el torrentismo, con los pillos redomados de los correa, el bigotes y demás follones del ruedo ibérico y por el torrentismo catalán del fantasma de Bruselas y sus aburridos y exasperantes trucos nos quedamos huérfanos de la politica con mayúscula, incluso nuestro oráculo, no orate, Vargas Llosa dedica su exclusiva mundial al libelo sobre Trump "El fuego y la furia" de Educación, la gran políticaMichael Wolff, que a mi me trajo Rosa después que su hijo recorreriera medio Nueva York en búsqueda del libro, cotilleos, comidillas de un personaje al que si se le podría dedicar el calificativo de orate.

Por esto destaca una iniciativa del amigo de GD, Jeffrey Sachs, a quien mis amables lectores conocen a fondo por sus ideas. Personalmente cuando me preguntan por la edad, contesto que un hombre tiene ideas y proyectos y esto es válido para el bueno de Jeffrey, que se mete de lleno en la Gran Política, con su propuesta por la educación, que es el objetivo número cuatro de desarrollo sostenible de Naciones ‎(ODS), ese pacto que han apoyado todos los líderes mundiales para conseguir entre 2015 y 2030 diecisite objetivos, que representan una agenda para la dignidad humana.

Los occidentales, nos sermones S‎achs, han roto todas sus promesas en materia de promoción de la educación. Se solicitan fondos a través de la Alianza Global para la educación, para promover la educación en 65 países de bajos ingresos. No se ha hecho nada. La Sanidad, sobre todo cuando nos afecta, ha conseguido mucho apoyo para detener o reducir las pandemias del SIDA, malaria y ÉBOLA y combatir la tuberculosis. Para la educación el interés se concentra "en levantar muros y organizar campos de concentración en vez de construir escuelas", advierte Sachs.

La mencionada Alianza Global hace una estupenda labor para extender la educación primaria, en todo el mundo, pero necesita fondos y estos no llegan, solo migajas. Nada nuevo, esta es una vieja melodía, que se remonta a los tiempos coloniales, en 1950 la India tenía un índice de analfabetismo, según datos de Naciones Unidas, del 80 al 85 por ciento, lo mismo que Indonesia y en el África francesa y belga entre el 95 y el 99 y si nos centramos en Guinea Ecuatorial, sólo había un médico. Datos escalofriantes queridos lectores.

Después de la independencia los gobiernos africanos y asiáticos han hecho un gran esfuerzo en este campo, pero necesitan ayuda solidaria y lo que el OCDE les ofrece da risa, revisemos los datos para Africa, se destinó en 2016 mil trescientos millones de dolares para la educación primaria y secundaria, mientras los gastos militares para el Pentágono ascendieron a dos mil millones de dolares al día, los 420 millones de niños africanos recibieron tan sólo 0,30 dólares al año. Sin palabras.

La educación de un estudiante africano requiere 300 dólares al año, nosotros nos gastamos miles de euros por estudiante, segun un informe de Gordon Brown, el ministro de finanzas y expremier británico harían falta unas decenas de miles de millones para conseguir parar, la fábrica de emigrantes, que es África y que afecta especialmente a las chicas, que abordan vidas sin instrucción repletas de embarazos y vejaciones. Mejorar esta lamentable situación exigiría un esfuerzo económico y político. Los líderes mundiales se pasean por medio mundo proclamando su amor por la educación, pero en vano, palabras mojadas, sin tal vez desearlo están condenando a millones de niños a la pobreza.

Ghana ha lanzado un ambicioso plan de educación secundaria superior para todos, que es un ejemplo y un camino a seguir para los demás países africanos, tenemos que ayudarles nos invita Sachs, es un llamamiento para todos, empresas que trabajan en Africa, organizaciones de todo tipo, personas solidarias, donantes tradicionales, es un esfuerzo global que requiere la atención y el apoyo de los ciudadanos de los países ricos, esta es a mi juicio queridos lectores, la Gran Política y no el torrentismo actual, que nos convierte en sapos de charcas sin posibles redenciones de princesas solidarias. Gracias Jeffrey.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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