Sí señor. Por aquí y por allá huele a podrido. Las petroleras nos atracan con la metralleta del Solitario. Las compañías eléctricas nos roban con un nueve largo. Las inmobiliarias se han instalado en la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones. Las telefónicas y la camorra napolitana son lo mismo con distinto nombre, y los bancos son grandes casas de putas que ofrecen todo tipo de servicios si hay un botín por el medio.
Un tal Planells que fue Subdelegado del Gobierno en Barcelona introdujo en la gran nación catalana sin luz a la mafia rusa. A cambio recibió bolsas y más bolsas de rublos negros. La Justicia no sabe no contesta.
De los politicastros inútiles, rastreros y pringados nada se puede esperar. Ellos a lo suyo. La derechona fascistoide, de juerga en la oposición. De los otros, de los del puño y la rosa, de los que secuestraron El Jueves, todos sabemos que "son más tontos que Abundio, que en una carrera en la que corría solo llegó segundo".
Se regalan buitres carroñeros.