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Hombre de paz

miércoles, 10 de enero de 2018
Me imagino que Oriol Junqueras, ‎que se profesa hombre de paz y proclama su religiosidad conocerá bien los textos sagrados y se sabrá de Hombre de pazmemoria las escrituras donde se habla de "los sepulcros blanqueados", que debería haber invocado en su intervención ante los tres jueces del Supremo.

Es increíble como se deforman las referencias a la paz y la religión, sin incluir a la reconciliación y al abrazo a los oponentes como hizo Nelson Mandela que hizo un llamamiento a la unidad entre blancos, negros y de color, hindúes y malayos. Nada de esto se induce, ni se intuye de las palabras pías del bueno de Oriol. Por lo que se le puede adjudicar la admonicion de "sepulcro blanqueado"‎, que se disfraza con la piel de cordero de hombre de paz.

El famoso sueño de Martin Luther King Jr. es también inclusivo de todos, afirma unos derechos de la población negra, pero sin atacar a la población blanca, sino formar un todo como nación de libertades. Nada de esto está en la alegación de Junqueras, sino de envolver en divinas palabras sus aspiraciones independentistas y por tanto rupturistas.

Ser un sepulcro blanqueado, utlizar la religión como hicieron siempre los carlistas, de "por Dios y la Patria y el Rey" de su himno, que reforzaban con "cueste lo que cueste", ha sido una guía para los secesionistas e incluso de un tipo de terrorismo, como en el caso de ETA, que nace en los seminarios, de amor al prójimo, no es el discurso, sino de imposición por la violencia o por la sonrisa de la hiena.

Contrasta las palabras pías de Oriol con las del cardenal de Barcelona Monseñor Omeya que hablan de concordia y no de imposición, pero esta religión del amor no parece ser la piedad de estos independentistas catalanes, ni de obispos y sacerdotes que hablan con desenvoltura de "paisos catalans", una falsificación histórica, que groseramente ningunea a los aragoneses y también a los castellanos.

No se puede desear la cárcel ‎a nadie, pero si pedir a quienes se reclaman del Evangelio a no ser sepulcros blanqueados, a practicar una política de amor y Reconciliacion y de respeto de las leyes, de abandonar el odio y la xenofobia.

Si Don Oriol y sus amigos de ERC empezando por el converso hincha del Español Sr. Rufián revisan sus comportamientos y adoptan la política del abrazo, del de Genovés, cuyo cuadro se exhibe en Las Cortes, entonces empezaremos a creer en las bondades de la fe y de la religiosidad de quienes se profesan hombres de paz. Amen Don Oriol. Asi sea.

Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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