Últimamente me ha dado por explorar las redes sociales y he quedado asombrado por la cantidad de mensajes, que se cruzan. Es una actividad frenética. Se hacen amistades en todas las latitudes y se comparten retazos de vida con los demás. Hay exhibicionismo, avalancha de fotos, se comparten ilusiones y se difunden bulos, se construyen personalidades paralelas y se pergeñan sueños. Se crean categorías de amistades de Facebook, con biografías reales o falsas, es una feria de las vanidades y de las banalidades.
Un aspecto inquietante es su utilización para el engaño, la extorsión y el delito. La juventud sobre todo esta muy expuesta, aunque el peligro mayor para la gente joven es la ignorancia, mejor equivocarse y escarmentar, que permanecer en Babia. Para otras edades también hay tentaciones y trampas, simulación de trabajos, que son saca cuartos, de amores, que son engaños, de herencias que se reciben de inexistentes familiares, fabulosos premios de sorteos a los que no se ha participado. La picaresca en juego.
Se puede gobernar por internet? Urkullu el lehendakari vasco dice que es imposible. Podemos y el Movimiento Cinco Estrellas de Italia creen lo contrario. Consultan todo o casi todo,mejor sería decir, que lo que les da la real gana. Los catalanes de la Asamblea y del Omnium son maestros en el arte de movilizar la calle, manipular sentimientos y convocar quedadas y manifestaciones.
Estamos ante un mundo virtual, que incluye también las relaciones personales, antes mucha gente se conocía y se casaba en las discotecas, hoy las parejas y matrimonios se tejen en internet, el ordenador, el portátil y los móviles son los nuevos Cupidos con las flechas y dardos bien dispuestos, engrasados y afilados. Es una rula no de pescado, sino de corazones al mejor postor y al por mayor.
La pornografía esta al alcance de todos, lo que podría tener diferentes lecturas, según nuestro código ético personal, el problema surge cuando se falsean las relaciones, privándoles de sentimientos, obviando responsabilidades, banalizándolas e incitando a la comisión de delitos y agresiones que continuamente leemos y vemos en los medios de comunicación.
En la compraventa y en los negocios hay países con reglas muy severas, denunciando engaños, que encubren estafas. En Alemania es un delito vender un coche o moto ocultando que ha tenido un accidente. Se abren oportunidades, pero toda cautela es poca, al facilitar datos de tarjetas de crédito y de cuentas bancarias. Lagarto, lagarto.
Incluso en política estamos sumergidos en las tramas, las más famosas son las rusas. No hay elección que se respete, empezando por la de la Casa Blanca y descendiendo hasta las catalanas, donde se dice, yo confieso que lo dudo y lo pongo en solfa, que se nos manipula, desde secretas redes dominadas por difundidores de infundios. Como si fuéramos marionetas, que se nos puede hacer girar a capricho de unos pocos, que nos tratan como idiotas o débiles mentales.
El turismo, sobre todo el de bajo coste, se facilita enormemente, compartiendo apartamentos, intercambiándolos, facilitando y liberalizando el transporte y el hospedaje, aunque se tropiece con sectores corporativos y se salten los impuestos con responsabilidades fiscales obvias. Se facilita también el aprendizaje de idiomas, la traducción y los cursos académicos. Sería imposible enumerar todos los campos que vienen facilitados y trastocados por la intervención y el uso masivo del mundo digital.
Queda claro, que estamos inmersos en una poderosa revolución tecnológica, lo que afecta en primer lugar al mundo laboral, a la organización, distribución y automacion o robotizacion del trabajo.
Sin embargo este mundo nuevo exige una formación, una ética, unas reglas, para no convertirse en una tenebrosa jungla, en que una vez más se impongan los más listos, los que tengan menos escrúpulos y la caza al tonto se convierta en el deporte de moda. Así es queridos lectores que ojo al parche.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
