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Dos guiones 'de ficción' para el 'caso Cataluña'

miércoles, 03 de enero de 2018
Cuando somos conscientes de lo que estamos viviendo, observamos con asiduidad, que hay como una cortina de niebla que difumina los argumentos y las explicaciones, no tenemos datos suficientes para conocer a fondo lo que ocurre, Así es una y otra vez. Siempre hay actos concretos ocultos, sin necesidad de que sea la CIA o el MI6 quien los provoque, muchos le llamamos “intrahistoria”, otros “datos reservados” o “secretos”. En el caso de las dictaduras, los actos, o acuerdos secretos superan a los publicados, en las democracias, es al revés, pero “haberlos haylos”.

Nos centramos ahora en el caso de Cataluña con la declaración de independencia y la proclamación de la república. Es imposible entender todo lo que ocurrió. Los catalanes son personas muy competentes, como cualquier otra. Quizá con una fijación secular que es “la independencia”. El momento actual ¿era el idóneo?, la forma de llevarlo a cabo ¿fue la acertada?. Ni una , ni la otra respuesta pueden ser afirmativas, no hicieron las campañas de propaganda adecuadas para atraerse más “socios al club”, y la brecha era grande y profunda. El contexto político era lo que más animaba a abandonar la casa paterna, cansados de unos padre viejos, involucionistas, anclados en el conservaduriosmo, y con una evidente tendencia a recuperar y explicar las situaciones con recuerdos del franquismo, insoportables, sin la menor duda.

Si hacemos un paralelismo con una familia lo sentiremos más próximo, de cinco hijos dos son rompedores, valientes, arriesgados, trotamundos, los padres tratan de someterlos a las formas y maneras de los otros tres, más tranquilos, se dejan querer, no les importa que los padres los dominen y les marquen las líneas a seguir, mientras puedan vivir a consta de los viejos, aguantan lo que sea. ¿Qué solución tienen los dos hermanos innovadores?, arrancar y marcharse. Reacción de los padres : “si te mueves te rompo una pierna, y vas a morir de asco y de hambre”; si te vas, olvida esta dirección... Ni uno, ni el otro.

Han perdido los dos bandos, los catalanes porque sienten el miedo impuesto de que se irán las empresas y se morirán de asco y de hambre, y el Gobierno, porque no “pudo romperles las piernas”. No han ido más lejos porque el eco internacional era negativo, en el siglo XXI no se puede retener por la fuerza al que quiere cambir su forma de vida, y menos golpearlos, y meterlos en la cárcel. Si ellos son pacíficos, si dicen que un solo hombre vale tanto como sus ideas, ¡¡por favor!! eso es maravilloso, los impulsores del cambio han valorado más a un solo hombre que a miles juntos, además, ni después de ser vapuleados, han pensado lo contrario o han hablado de ejércitos.

Ahora piensen si las fuerzas de seguridad (?) enviadas por el Gobierno llegan a matar a una persona, sólo a una, esa moriría a causa de la ideología españolista, representada en unas leyes obsoletas, en el futuro así se explicaría. Pero no basta con no matarla, tampoco puede perder un ojo o romper el cráneo. Ya no, estamos en el siglo XXI, piensen, hay que emplear otros medios para convencer a la gente, campañas de debate, reformarr la constitución o elaborar otra, no pasa nada, no se van al infierno por eso, el Dios de verdad tiene una amplitud de miras que desconocemos, aherrojados en cuatro paparruchas que no salieron de la boca de ese Dios.

Puigdemónt se fue al extranjero, sí, pero no huyó, lo tenía pensado; no es un traidor, busca apoyos, fue su estrategia oculta. Nos faltan datos. No sabemos todo. El Gobierno se empeña en controlar las cuentas , ¿saben por qué? Por descubrir si hay algún apoyo exterior como suele ocurrir cuando hay un golpe de Estado, fíjense lo que pagó Juan March en 1936 y lo que se dijo que había pagado en 1940 y no era de él el dinero para comprar a los militares, sino que provenía del Reino Unido.

Tenemos pues dos guiones de ficción, para explicar lo que ocurrió en Cataluña. Uno, parte de que hay “alguien” que les animó a seguir adelante, prometiéndoles ayuda de dinero y social para que todo saliese bien, pero ese “alguien” exigió a cambio que todos los formantes del nuevo poder dieran libertad, sin linitación alguna, a la entrada de (por ejemplo) Kazajistaníes. No se pueden cumplir las promesas, luego se quedan colgados sin ayuda alguna.

El otro guión es más sofisticado. En el partido de la CUP había que introducir un infiltrado de la Brigada Político-Social (no existe). Se marcaron los objetivos: “reventar desde dentro la proclamación de la república y la independencia”, la maquinación consistía en aparentar todo lo contrario, con el fin de evitar que, según la legislación, Puigdemónt convocase las elecciones y se fuesen de rositas los protagonistas. Por tanto, en cuanto se ve la posibilidad de que Puigdemónt se inclina por las elecciones protagonizadas por él, el/la infiltrada, debía insistir sin ceder, en que eso no puede ser, eso imposible, hay que llegar al final, hay que quemar todas las posibilidades, no se puede aceptar en el último dia el retroceso, ESO es de TRAIDORES. ¡¡¡Adelante!!!, hay que dar la espalda a los traidores de la nueva patria, y que el ardor de la CUP enloquezca la mente de propios y extraños. Puigdemónt se estrelló, declaró la independencia y la república, pero al estilo “la parrala”, ahora sí, ahora no. Se abrió la espita para el escarmiento y el castigo, eso era.

Cualquier coincidencia de este guión con la realidad, es pura casualidad. Seguimos a la espera de que las explicaciones sean lógicas y totales. De momento, las urnas han hablado claro.
Cal, Rosa
Cal, Rosa


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