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Stefan Zweig y Silvia Marsó

viernes, 22 de diciembre de 2017
Se celebra este año el 75 aniversario de la muerte de Stefan Zweig‎, el ciudadano del imperio austrohúngaro, que estudia en la Universidad de Viena y es amigo de juventud de Sigmund Freud. De familia judía, no Stefan Zweig y Silvia Marsófue sionista y profeso un cosmopolitismo militante, gran viajero visitando la india, Estados Unidos y Sudamérica además de sus constantes periplos europeos, dotado de una enorme curiosidad, se especializa en la contemplación de todas las facetas de la vida y la investigación histórica mediante biografías que analizan la trayectoria de personajes femeninos como Maria Estuardo y María Antonieta.

Silvia Marsó la estupenda actriz catalana, que salto a la notoriedad en el concurso Un, dos, tres, es una apasionada de Zweig, de su introspección y navegación en el alma femenina, tal vez se ve reflejada en muchas de las páginas, de este genial trotamundos, cuyo único error y de bulto fue suicidarse en Petrepolis, en Brasil desesperanzado ante un mundo en garras del nazismo.

Silvia es una actriz de raza de la escuela anglosajona en que los actores cantan, bailan, recitan, actuan. Son completos en las artes escénicas. En esta ocasión después de una dilatada carrera se consagra en un musical, que prescinde del costosisimo aparato escénico y solo con un atinado vestuario, unas cortinas blancas, juego de luces, otros dos actores y un trío musical formado por una chelista, un pianista y una guitarrista ha montado en el Teatro Abadia de Madrid un estupendo musical.

24 horas en la vida de una mujer es una obra que describe una jornada de libertad de una dama encorsetado en la alta burguesia‎ internacional que se enamora locamente de un joven ludópata, perteneciente a la nobleza, que dilapida toda su fortuna, la suya y la de su familia. Este drama apasionado recuerda "Al jugador" de Dostoiesky y a la ópera de Prokofieff a la recientemente asistí en Viena, con final trágico en ambos casos. El jugador de Zweig, el desesperado amor de la mujer madura, se vuela la cabeza.

El personaje central es esta bella mujer entrada en años, pero todavía atractiva, amargada por un matrimonio de conveniencia y una familia y una sociedad asfixiante, que de repente encuentra una pasión arrolladora, un espacio de alegría y libertad, la misma que impulso a tantos héroes anónimos a levantarse contra las dictaduras en las primaveras árabes, son solo 24 horas, pero ha valido la pena descubrir el apogeo del ser humano.

Libreto y música de compositores franceses, que saben sacar partido al tercer personaje, un narrador, un clown, un introductor, un abrelatas del alma de la mujer, destapando como en una botella de champagne, el cava esta atravesando muchas tribulaciones, todas las contradicciones, los claro obscuros del espíritu de Eva, muy condicionado por la biología, los humores, las singularidades de la costilla de Adán.

Asistí a la representación a‎ ciegas, sin saber de que se trataba, y fui entrando rápidamente en el personaje y en la acción, en los mil espejos, cóncavos y convexos de esta mujer apasionada, de su trágico amante, del destino cruel, que hace girar la rueda del hado y desee para todos mis amables lectores gozar de 24 horas de libertad y de euforia como la protagonista de Zweig en 2018, que ha enseña la patita por debajo de la puerta. Paz y Amor.

Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com

(Tete preciosa por favor pon una foto de Stefan Zweig y otra de Silvia Marsó. Muchísimas gracias).
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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