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El liderazgo de la mujer

miércoles, 20 de diciembre de 2017
Hoy va de mujeres líderes. Permítaseme recordar, mezclar vivencias personales con el más rabioso y candente presente. Entre las líderes internacionales que he conocido personalmente tres me impresionaron hasta hoy Indira Gandhi, ‎la Pasionaria y la Madre Teresa.

‎A Indira Gandhi la conocí en la Cumbre de Cancún, en México de 1982,era como una aparición divina, parecía que levitaba, impregnada de una profunda espiritualidad, revestida con su elegante sari causaba sensación entre quienes la veiamos, años después en un día lluvioso en Leicester Square en Londres a la salida de una premiere en el Cine Empire, vi la salida de Lady Di, arropada con un vestido largo, movió la cabeza y la mantuvo erguida como un icono ortodoxo, son huellas indelebles que te horadan. Tras un "namaste" con las manos bien unidas, le conté que había preparado un informe para el Presidente López Portillo, con quien colaboraba en Comunicación Social de Presidencia. Me miro fijamente y con una voz suave que me heló las venas, me dijo que era un privilegio trabajar por la paz y sus acompañantes se la llevaron asombrados por la audacia de este pinche gachupin.

A la Pasionaria la conocí con Yáñez, el simpático gafe, cuando ambos representabamos a la oposición española como Izquierda Democrática y PSOE, fue en Moscú en un gélido enero de 1979, el encuentro se celebró en el Hotel Rossia en plena Plaza Roja y consistió en un almuerzo. Estábamos muy emocionados el joven médico sevillano y yo, impresionante, alta, vestida de negro compareció con Irene Falcón, sus mejillas eran rudas como cortadas a hachazos, estaba también nerviosa no probó bocado y de la botella de vodka que nos obsequiaron apenas se mojo los labios en un brindis por la juventud española, tenía una visión mítica de España, contaba como había liberado a los presos en una cárcel de Oviedo, relataba que su familia eran carlistas vascos, enlazaba mensajes de colaboración de todas las fuerzas democráticas para forjar una nueva España,el discurso de Santiago Carrillo que repitió en Roma,en el Campigoglio, el Capitolio, y también en Varsovia en el Parlamento con Jarulsesky, en ambas ocasiones participamos en el mitin Rafael Calvo Serer y vuestro cronista‎. Nos despedimos abrumados con una dama que representaba una parte de la historia de España, con un sentido, hasta Madrid y un nunca jamás a la violencia y un si rotundo a la reconciliación de los españoles.

El liderazgo de la mujerA la madre Teresa la conocí en México en 1975, en el Centro Médico, en la Conferencia de la Mujer de Naciones Unidas. 5000 mujeres y 200 hombres. Entre las españolas mi amiga Carmen Sarmiento y actuando en el Hotel Fiesta Rocío Durcal, cuyas rancheras tanto gustaban en México,a quien salude e invite a pasarse por la Conferencia. Teresa de Calcuta, la gran Santa de los desamparados formaba parte de un panel de tres mujeres muy relevantes, la cosmonauta Valentina Tereshkova, una preciosisima mujer, entonces no estábamos acostumbrados a ver rusas, iba vestida con un vestidito de punto blanco, Betty Friedan una líder feminista de Estados Unidos, autora de muchos libros, con un estilo entre sarcástico y benévolo, que distaba mucho de nuestra Lidia Falcon y también de Simone de Beauvoir la combativa musa de Jean Paul Sartre, con quienes pasee en varias ocasiones en Roma, que me impresionó negativamente por el mal trato que daba a Jean Paul a quien no dejaba hablar y por sus horrendas medias de rejilla, la estética cuenta en la Ciudad Eterna, aunque repitiera como un mantra cada cinco o seis palabras "methaphysiquement", lo que no dejaba de maravillarme, pero no se maltrata a un genio.

En el centro una monjita muy menuda, mirando al suelo, sin levantar los ojos, recogida en gran devocion, desgranando las letanías de un austero rosario. Se declaró "thirsty" sedienta de Dios. Rebosaba amor al prójimo, para ella contaban las personas, hombres, mujeres, niños, ancianos en la santidad de la vida. No levantaba los ojos, pero si nuestros corazones. Volví a encontrarla en un avión de Iberia, apenas había recibido el Premio Nobel por la Paz, estaba sentada en su asiento en pleno recogimiento. Me acerqué a ella. Me dedicó una media sonrisa, sin salir de sus practicas de devoción. Avise a una azafata que en turista tenían nada menos que a la Madre Teresa, vino el capitán y la llevaron a la sección preferente. En el autobús volví a verla sujeta a la barra con una mano y con el rosario bien empuñado en la otra, su arma secreta la oración. Asistí a su elevación a los altares, a su beatificacion en una plaza de San Pedro desbordante, con una liturgia que alternaba sonidos folklorico de la India con el gregoriano y con un Juan Pablo II, poderoso. ‎En mi Fundación tengo un foulard alusivo. Inolvidable. Son objetos que hacen revivir sensaciones.

Fue una mesa redonda épica, compromiso con la sociedad y conquista del universo, levantamiento de las mujeres del mundo por sus derechos y sublime espiritualidad, de las que remueven las conciencias. Asiste atónito a estos tres mensajes poderosos y tuve ocasión de saludar a la soviética y a la americana, que estallaron sus firmas en mi programa y encontrarme frente a frente con la Santa, entre escalofríos lo confieso, me pregunto que quería hacer de mi vida. Deseo crear una organización de solidaridad Madre. "Do it, do it, it" repitió tres veces con voz enérgica, hazlo, hazlo, hazlo. Apresuradamente le expuse que la educación era el objetivo. Me interrumpió autoritaria "Dont talk about it. Do it" No hables, hazlo! Un maravilloso mandato que he tratado de poner en práctica. Aquella noche la Tereshkova y la Madre Teresa compartieron mis ensoñaciones, ambas hablaban del cielo, mientras Friedan nos reportaba a la refriega cotidiana.

Una breve pincelada española,enfangados como estamos en la tediosa saga de catalanes. Dos mujeres destacan sobre las demás Carme Forcadell, una gran lider, aunque no comparta su mensaje e Inés Arrimada, con quien si comparto su pasión por ‎España. Los votantes del 21 de diciembre se debaten entre ficción y tradición, entre fanatismo y patriotismo. Como hijo de charnego mi voto y mi devoción van con la Inés de España.

Siempre me han fascinado las mujeres, su fuerza, su entrega, su capacidad de dar la vida, vaya mi homenaje a la media mitad del cielo, como las llamaba Mao, el gran timonel chino.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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