Las elecciones catalanas consumen demasiado tiempo y estamos inmersos, en una dura batalla verbal, que acapara los medios de comunicación con las barrabasadas de Carlitos el tramposo, el calvario del pio Oriol, los Jordis sin voz, la joseantoniana Marta, las ocurrencias de Iceta, el difícil 155 para el PP y la ascensión irresistible de Inés como símbolo patrio.
Esto hace que pasemos por alto acontecimientos muy importantes de la politica internacional, como la gira triunfal de Putin, el estrellato de Macron en la cumbre del clima de París y como nos cuenta nuestro amigo Jeffrey Sachs, el prestigioso profesor de la Universidad de Colombia en Nueva York, las elecciones en Alabama para un escaño en el Senado de los Estados Unidos. En este Estado del Sur llevaban los republicanos venciendo desde hace cien años y de producirse su derrota la mayoria
republicana en esta cámara alta se reduciría de 51 a 49, poniendo en peligro las iniciativas legislativas de Donald Trump.
Contra pronostico "venció la decencia" tuitea el senador de Arizona Jeff Flake y Doug Jones le ganó por estrecho margen las elecciones al senador saliente Bannon, muy apoyado por Trump y respaldado por su partido. Es un acontecimiento histórico se regocija Sachs, que marca un cambio de tendencia de la opinión de Estados Unidos. Doug Jones consiguió armar una coalición urbana, de cuadros universitarios y de la colonia afroamericana, que consiguió lo que parececia un milagro, derrotar a los supremacistas blancos.
Para Jeffrey, este fino analista, hay dos formas de hacer política y esto añado por mi parte es válido también para Cataluña, la que hace un llamamiento al odio y a la división y la que reclama el bien común. Donald Trump y su colega Bannon son maestros en crear una atmósfera de miedo, odio y división que desencadenan una obediencia ciega en benificio de una cuarta parte de la poblacion, que representa la base electoral republicana, al igual que los indepes en España. Estas políticas de odio, trufadas de insultos soeces y burdas patrañas acarrean más tarde o más pronto una tragedia para toda la comunidad.
Sachs nos alerta de los desequilibrios mentales de Trump que podrían llevar al mundo a la guerra y en su análisis no ahorra juicios muy duros contra su Presidente, que según muchos psicólogos "estaría en las primeras fases de la demencia", ya que "padece de desórdenes en su personalidad antisocial, que incluyen sociopatía, narcisismo y maquiavelismo". Vamos que no hay por donde cogerlo y que haciendo un paralelismo podía aplicarse a Artur Mas y compañeros de gestas heróicas.
La diferencia reside que mientras Cataluña es un pequeño conflicto europeo, en Estados Unidos el riesgo que corremos es mundial y una guerra nuclear contra Corea del Norte, podría ser una tragedia universal. Debido a "la arrogancia, la ignorancia y la disminución de la capacidad mental" de su Presidente.
La politica internacional podría verse sacudida por la baja estima que tiene Trump que raspa tan sólo el 35 por ciento de aprobación, que puede llevarle a intentos de adoptar decisiones políticas muy arriesgadas para despertar el ogro del fanatismo patriotero, como es declarar a Jerusalén como capital de Israel, que ya está recogiendo protestas, disturbios y muertes y la tentación de una escalada en su índice de popularidad mediante un ataque nuclear preventivo contra Corea del Norte.
Recobrar la sensatez, ese sentidiño gallego, ya que el seny ha desaparecido, sería según nuestro ilustre corresponsal, apostar por las energías renovables, aumentar los impuestos a los más ricos y a las empresas punteras y apoyar a las Naciones Unidas de una forma activa y responsable. Segun una encuesta reciente solo un 10 por ciento de los americanos apoyarían el América Primero de Trump.
Estamos ante un gran dilema o seguir como un pollo sin cabeza, dando tumbos y rebotes caminando entre tinieblas, sin tener una Agenda precisa ni un plan de acción o trazarnos una senda, un camino en beneficio de los habitantes de nuestro planeta. Jeffrey Sachs es un convencido kennediano y cree que la misión de Estados Unidos es salvar al mundo. Yo que soy un habitante del Sur de Europa soy un poco más escéptico y me pregunto, sino sería mejor salvarnos de Estados Unidos y repensar la politica mundial de forma multipolar, teniendo como meta no esta gran potencia o la otra, sino alcanzar un equilibrio entre los intereses de todos.
Una forma de conseguirlo tomarnos en serio los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, diseñadas por Sachs, pero no únicamente para los Estados Unidos y avanzar en esta dirección en todos los foros, no sólo en el G20, ni en la Unión Europea, sino en todos los paises, que sin excepción han aprobado en el año 2000 y ratificado en 2015, esta mejora de la calidad de vida, de la preservación del planeta, en definitiva de avanzar y profundizar en la realización de los Derechos Humanos. Esta debería ser la tarea del 70 Aniversario de la Declaración Universal de los derechos humanos, que se cumplirá el 10 de diciembre de 2018.
Alabama nos muestra el camino, como antes hizo Virginia, en juego está una vuelta a la sensatez en Estados Unidos, que invite a las demás naciones a hacer lo propio, trabajar para el bien común.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
