Mar...usía: hoy en Lugo, librería Aguirre

Para los Mariñanos hay un triángulo en cuyos vértices están: la vida, la mar, la muerte. Por eso Paco Rivas de Cervo-Sargadelos, desde su Atalaya en el antiguo Concello de Noís, nos cuenta una serie de relatos con olor de algas y la música que interpretan la mar, nuestra mar del norte, la que nos daba de comer en tiempos de aislamiento.

Un escritor es alguien que sabe contar como era nuestra vida en estos puertos con historia épica de balleneros, cuando hacerse a la mar en un chalano era una aventura entre la niebla, rompientes con espuma salada, o esos espejismos tan de la soledad en medio de las aguas que hacen confundir el ensueño de un bote a la deriva con la guarida de una sirena, cuyos cánticos tratan de arrastrarnos a la sima dónde tiene su corte de princesas el gran Lantarón.

La última obra del poeta que canta a nuestras islas se llama Mar...usía. Y comienza con un relato que sirve para mantener la atención de nuestras gentes en tiempo de invierno, delante del animal fuego que nos calienta desde su lareira. Y es que recordar a un hombre de mar que desaparece en tierra, pescando en la ribera, que tras pasar un tiempo prudencial su viuda de vivos o muertos, decide hacerle un entierro "como Dios manda", es hacer una pormenorizada descripción de aquel culto al difunto, conducido a hombros de otros cuatro compañeros ataviados con sus trajes negros sacados del armario entre bolas de naftalina para la ocasión, lo mismo que las jaculatorias a estilo puerto marinero, de las mujeres, son la música fúnebre que acompaña la comitiva camino del campo santo.

Cada historia es un cuento de cantina portuaria, con olor a café de pota y achicoria, dónde cada personaje ocupa su mesa o la barra, mientras sus manos acarician una taza de vino caliente, y alguien cuenta la historia de dos jóvenes amantes que nadie sabe cómo o porque no volvieron nunca más...quizá por haber descubierto el país ese de nunca jamás, dónde la felicidad es eterna.

Pero lo mejor del pequeño gran libro es el léxico. La recuperación de tantos y tantos vocablos de nuestro idioma, el que se hablaba aquí, entre peixeiras y viejos marinos, cuando cada cosa tenía su nombre común, cuando para cada circunstancia había una fórmula gramatical nuestra, corta, contundente, para explicar lo que se podía ver o imaginar.

Es un libro para leerlo con pausas. Para degustarlo como una copa de aguardiente del país. Para comentarlo en ese banco que hace de miramar, y como en Rinlo, si alguien no cree lo que dice, a la mar poner por testigo.
Jueves 14 diciembre a las 20 horas en Lugo, librería Aguirre, y...corres un peligro...quedar encantado.