Metidos de lleno en las elecciones catalanas tratando de ser imparcial y ver esta cuestión con la mayor objetividad posible, asombra el odio feroz que desvelan algunas reacciones a flor de piel de personas, muy instruidas, incluso verdaderos sabios y también de grandes artistas.
Como es posible que el director de un centro de nanología se exprese como un hooligan primitivo insultando groseramente al líder homosexual del PSC o como al entrenador de fútbol más famoso del mundo le aflore una pasión incontenible por una grotesca República con personajes entre el vaudeville y la comedia bufa.
O que un gran cantante que formó parte de los tres tenores o un notable músico medievalista sean fervientes independentistas o que incluso un gran divulgador cientico o médicos muy relevantes pioneros en muchas disciplinas se vean atrapados por la hidra feroz del nacionalismo y vomiten odio.
Me comentaba mi buena amiga la embajadora de Ghana Elizabeth Adjei, que en el affaire catalán no entraba en asuntos internos españoles, pero que como africana, proviniendo de un continente cuyas fronteras han sido trazadas caprichosamente por los colonizadores, ve con mucha aprensión el proceso de disgregacion, que podría infectar a su continente, sembrando el caos con el nacimiento de nuevos estados, que dragarian las energías que África necesita para su desarrollo e incorporarse con fuerza al concierto internacional.
Yendo, mejor dicho volando con el AVE de Madrid a Zaragoza, me planteo la locura de crear nuevas fronteras y me asaltan los recuerdos de mi padre, que ejerció de "charnego", aunque fuera de lujo como notario, en Barcelona durante 27 largos años. Todos los miles de charnegos que con su esfuerzo han engrandecido Cataluña, miles de trabajadores que pueblan el cinturón fabril de la Ciudad Condal, tienen derechos adquiridos.
Estos independentistas se comportan como malparits, me fascina esta palabra catalana, por su elegante sonido, que deja en mantillas al primitivo hijo de puta, sonido feo y agresivo, que mancilla a las madres, mientras malparit deja la incógnita en el aire sobre la procedencia de su creación, de su nacimiento.
Se ha descubierto, que todos estos patriotas angustiados por la salida de la Unión Europea y del euro han transferido fuera de Cataluña entre seis mil y siete mil millones de euros, una cantidad asombrosa. El miedo guarda la viña.
Como desarmar este odio feroz,como hacerles entrar en razón. Nos adentramos en las honduras de la psiquiatría y del odio al padre del psicoanálisis. Octavio Paz en "El laberinto de la soledad" explica el odio del malinchismo, como desprecio a la madre y odio al padre.
Hace falta una inmersión colectiva en la fraternidad, somos todos hermanos, los andaluces, los asturianos, los gallegos, los vascos y los castellanos, dejemos tranquilos en sus tumbas a nuestros antepasados y fundamonos en un gran abrazo nacional. Paz y Amor.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
