En 2007 mi Fundación organizó una campaña contra la Violencia de Género, en colaboración con la Comunidad de Madrid, cuyo primer premio, al mejor colegio, recayó en Bayona, celebrándose posteriormente un acto en el bonito edificio de la Capitanía del Puerto, de esta preciosa ciudad gallega, presidido por la Conselleira de Cultura de la Xunta de Galicia. Recuerdo que el primer premio en la categoría cartel, lo ganó una chica mexicana con su 'Amar no Duele'.
Han pasado ya 10 años y la fecha del 25 de noviembre se ha agigantado y debido al número elevado de asesinatos alevosos, se ha convertido en un clamor nacional. Este año coincide además con el juicio muy mediático y muy morboso contra 'La Manada', los chicos andaluces que arremetieron contra una chica madrileña.
La conferencia Episcopal, por medio de su presidente, el cardenal Blázquez, se muestra disconforme contra esta campaña tal y como se plantea, ya que, se olvida del aspecto religioso y no contempla el problema integral de la persona.
Una ilustre escritora, cineasta y educadora británica Leslee Udwin declara que campañas como, 'Me Too' no son la solución, a lo que yo añadiría que tampoco lo son la campaña italiana 'Quella Volta Che', es decir, 'Yo también' y 'Aquella vez que'.
La Udwin es autora de un documental sobre una violación en un autobús de la India que causó sensación, motivó manifestaciones múltiples, se premió en varios festivales y se entrevistó con los agresores.
Fruto de este documental se dio cuenta que todos ellos, estaban motivados por una educación equivocada y concluyó que para atajar esta violencia contra las mujeres se necesitaba una educación integral de todos, no sólo en la escuela sino también en todos los medios de comunicación, es decir, en la sociedad.
Se escamotea el problema cuando a los crímenes pasionales que es como se les llamaba desde los folletines del siglo XIX y las telenovelas actuales, cuando se les etiqueta sin más como violencia de género.
Se ha banalizado el sexo y cualquier jovenzuelo o supermaduro que bucee en los films para adultos, para entendernos porno, sabe que episodios como el lamentable ocurrido en Pamplona, se ofrecen como espectáculo ludibrio y diversión, se debería advertir que tales prácticas pueden acarrear una sentencia de 22 años de cárcel para quienes se dedican a tales deportes de riesgo y claro, hay que abrir un capítulo aparte para las víctimas que son consideradas como objeto.
Hay que hacer un gran esfuerzo en pro de una educación que fomente la armonía entre los sexos, el respeto mutuo y no se olvide de la familia. En España se vive en una excepción cultural tan desmesurada que referirse a la familia te convierte en un cavernícola ya que lo que se estila es ser diverso y campar libremente por los prados de una eterna romería. No consiste, a mi juicio, en convertir a las mujeres en sindicalistas ni a los hombres en bárbaros depredadores.
España aparte de la sequía, nuestro principal problema actual, es la natalidad y el envejecimiento de la población, convirtiendo a las mujeres en tremendas sindicalistas y a los caballeros en desmadrados agresores, o en mansos corderos, ciertamente no se consigue resolver ni el problema de la población, ni del envejecimiento de la población.
Udwin defiende también una visión parecida de la que yo tengo, en su programa Think equal -piensa igual- argumentando que los niños necesitan que se les enseñe estas cosas igual que las matemáticas, no las aprenden de forma natural promueve un aprendizaje social y emocional, a partir de tres años de edad. Esta enseñanza a la igualdad, estimo que es el camino para tratar de erradicar la violencia de género y yo añadiría, la educación sexual que como dije antes está muy banalizada en los infinitos programas para adultos.
A los hombres, las damas no pueden exigirles que se conviertan en Tarzán de la selva y los hombres no pueden pretender que sus compañeras sean Messalinas insaciables, hay que introducir la amistad, los pensamientos amistosos, la solidaridad, el afecto, la compañía, en definitiva la armonía.
De mi generación que consideraba a todas las suegras unas arpías, se ha pasado a una visión angélica de la mujer que son todas buenas, abnegadas que tienen que lidiar con unos personajes parasitarios y
machistas que son los hombres, tópicos y más tópicos. En Francia se llega al ridículo de penalizar el requiebro callejero, ese abordaje tan tradicional en los madriles de hace unos años en que los piropos más o menos garbosos estaban a la orden del día.
El 25 de noviembre debería ser la Fiesta de la Armonía entre hombres y mujeres de todas las edades, desde pre-escolar hasta la ancianidad extrema, aunque suene muy cursi, me gustaba mucho el lema que dedicaba al 14 de febrero el famoso Don Francisco en su programa El Sabado Gigante, producido entre 1962 y 2015 y que emitía Univisión desde Miami, Florida y que llegó a emitirse en 43 países, al que llamaba el día del amor y la amistad, eso debería ser el 25 de noviembre, el día del amor y la amistad.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
