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En la fotografía (IV)

viernes, 24 de noviembre de 2017
Al reflexionar sobre la fotografía, no solo lo hacemos con este sistema de documentación y de arte, sino sobre cualquier otro arte, y no solo sobre las artes, sino sobre cualquier aspecto de la existencia humana, que después, de alguna manera, algún saber pautado intentado cristalizar-materializar-concretizar-sintetizar. Pero sobretodo hablo y hablamos de usted.

- En la foto no preparada, se percibe el drama y la comicidad y la alegría y las penas humanas. De ese sujeto, que son un reflejo de toda la humanidad.

- Me gusta hacer fotografías de paisajes, en nuestra tierra, desolados-marrones-amarillos-ocres, una tierra con poco agua, con poco verdor y en trozos pequeños y en tiempos mensuales reducidos. Pero que reflejan algo de la austeridad de lo que somos. Esas fotos que reflejan los tonos tierra-ocres-vegetales semisecos con alguna construcción humana, con un horizonte lejano, casi siempre sin nubes, sempiternos. Esos paisajes que reflejan la antigua austeridad castellana, austeridad de sentidos y del espíritu, de la carne y de la mente. Ese paisaje que nos refleja y entiende mejor a nosotros mismos, que nosotros mismos. Esa rutina en la austeridad de antaño, todavía reflejada en el paisaje, tachonado de la alegría de alguna fiesta del pueblo. Somos lo que es el paisaje, somos en el paisaje, no solo estamos en el paisaje, sino que somos en él.

- Debo reconocer, que las tendencias de la fotografía hoy, y las existentes durante décadas, son docenas, hay fotografía para todas las estéticas y gustos y temas. Pero en general, por lo general, la fotografía me entristece, especialmente, la de blanco y negro. También algunas tendencias en color. Reflejan demasiado lo obscuro-sórdido-triste-tragedia de lo humano, somos grises y negros, pero también somos colores y luces. La fotografía produce tristeza, muchas fotografías producen tristeza.

- Percibes-sientes-ves las fotografías de la preguerra, de la postguerra mundial última, sea del país que sea, sea del autor que sea, sea de la ciudad que sea, y tienen, incluso los acontecimientos buenos y positivos, bodas o fiestas, un aire, como si hubiesen pasado siglos, siglos de diferencia con nosotros, con el momento de ahora… Da la sensación a veces, que no hayan pasado setenta u ochenta o sesenta años, sino siglos.

Es como si ahora estuviésemos en un mundo, y esa fotografía de hace ochenta años, dos generaciones o tres atrás, fuese otro mundo, fuese casi medieval, con ropas casi actuales.

- Creo que en la fotografía, como en todo en la vida, en cualquier acto o palabra o deseo o pensamiento, o en cualquier acto profesional de la existencia hay que captar la verdad-bondad-belleza de la vida, de esa cosa pequeña o grande.

Creo que una foto, sea muy perfecta o sea muy imperfecta, que no tenga, al menos la intención de captar verdad-bondad-bien-belleza no tiene sentido. No solo verdad, no solo belleza, no solo bondad, sino todo junto. Cierto es, que yo creo que la bondad-bien es el valor máximo, es mejor un ser humano bueno y bondadoso, que otro que tenga diez Premios Nobel, pero que sea no buena persona. Lo ideal sería compatibilizar ambas cosas. Lo ideal sería que el artista-fotógrafo-panadero-ejecutivo-cirujano-político fuesen buenas-bondadosas personas en la verdad-veracidad de la realidad.

- A mi modo de ver, dicho por una parte de la historiografía del arte, la fotografía obligó definitivamente al arte, a dejar de ser realista, puede ser figurativo, pero no totalmente realista. Ciertamente se admite, el realismo o hiperrealismo, y seguirá existiendo, pero la fotografía liberó al ser humano del tema y del realismo, no de la realidad. Volvió al ser humano al interior, y expresar ese interior, no con imágenes realistas, aunque si reales. Ciertamente acompañado de otros movimientos, avances en las ciencias sociales, en la psicología, filosofía, teología, cultura, etc.

- También la fotografía es censura. Muchas se pierden, a millones se destruyen cada día, de las cientos de millones que se construyen cada día. Pero también censura sociopolítica, también censura en los senos familiares, también en los ámbitos sociales de todo tipo. La fotografía vela y desvela. No podríamos olvidarlo. No deberíamos en el seno familiar amplio, puede que a algunos individuos les hayan realizado menos fotografías, pero las pocas que se hicieron se perdieron por los avatares del mundo y de las manos. En los acontecimientos sociohistóricos, grandes y pequeños de la gran o microhistoria, de los pueblos, regiones, Estados, sucede lo mismo. Algunas no democracias, tienen y han tenido un servicio especial, para retocar imágenes, para quitar rostros. En casi demasiados medios de comunicación del mundo, se exponen algunas escenas y se niegan otras.

Es decir, la fotografía, no seamos ingenuos, es hoy, ayer, y suponemos mañana, un medio esencial de convencimiento-adiestramiento-direccionamiento de pueblos. Negar este hecho, no es comprender el valor-fuerza de este medio, y sus formas más complejas o combinadas, el cine-televisión-Internet. Es decir, no una imagen, sino imágenes sucesivas.

- Hoy la tecnología y la sociedad permitiría que se crearán bancos de datos fotográficos, dónde el fotógrafo que quisiese, tuviese una pequeña ficha y unas cientos o docenas de sus fotografías. Esos bases o archivos o centros documentales, podrían ser la fuente de conocimiento, de retención de la memoria individual y colectiva. Y sobretodo de cientos, miles, docenas de miles de fotógrafos, de todas las regiones del mundo, que su trabajo, modesto o no modesto, se queda olvidado en sus cajones, ahora en los vientres de los ordenadores, y al final, se irán perdiendo y destruyendo.

Tantas veces, he sugerido esta idea-concepto, sea aplicado a un arte o a otro, a una actividad cultural o a otra. Vivimos en un mundo paradójico, por un lado, conocen las administraciones, cuántos panaderos existen en un territorio, pero no desean conocer, archivar el trabajo de los fotógrafos o pintores o poetas o filósofos o matemáticos que existen en ese mismo territorio.

Solamente si se crearán estos archivos, centros documentales, virtuales o materiales, a nivel local o comarcal o provincial o regional o nacional. Las artes, en este caso, la fotografía daría un salto de gigante. Porque lo invisible se haría visible, lo escondido se desvelaría, lo oculto sería percibido por quién quisiese.

Esta podría ser la conclusión de este artículo, esta fotografía que parece nadie quiere recoger, esa sugerencia-idea-concepto-posibilidad. A todo el mundo se le llena la boca de cultura, pero esto que es tan sencillo, pasan las décadas y se van retrasando su materialización… Cualquier municipio en su página oficial del ayuntamiento, podría tener una carpeta de los fotógrafos de su localidad… eso sería también turismo y ocio, sería también fuentes de riqueza local en muchos sentidos con un coste económico cero.
Caminero, Jmm
Caminero, Jmm


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