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Emergencia de caracteres

lunes, 20 de noviembre de 2017
Decía Aristóteles que el todo es más que la suma de las partes. Hoy consideramos a Aristóteles como el padre de la biología clásica y, hasta la irrupción de la biología molecular, podíamos decir sin temor a equivocarnos, que todas las ciencias biológicas nacían de observaciones y comentarios suyos.

Como decía el filósofo ateniente, en los sistemas organizados naturales pueden aparecen propiedades propias del mismo sistema, que no se pueden predecir a partir de las propiedades de sus componentes. Son completamente nuevas, suyas, y desaparecen al disgregar al sistema para llegar a sus componentes estructurales. Por ejemplo, pensemos en el agua sin ir mas lejos, y utilizando un compuesto conocido por todos. Nadie que no la conociese, podría predecir sus cualidades, propiedades o Emergencia de caracterescomportamiento físico-químico, por mucho que conociese a sus componentes, al oxígeno y al hidrógeno.

A esa aparición de caracteres inesperados, o no deducibles a partir de los componentes, es a lo que se llama emergencia, y de ahí aparece el concepto de caracteres emergentes.

La emergencia de caracteres ocurre con frecuencia en los compuestos químicos, como el agua que he mencionado antes, pero también en otros compuestos inorgánicos, como rocas, y orgánicos, como seres vivos. Los más relacionados con las actividades vitales, tales como la ya mencionada agua, el anhídrido carbónico, la glucosa y los genéricamente llamados principios inmediatos, presentan una gran cantidad de caracteres emergentes, todos ellos impensables a partir de sus componentes esenciales, pero fundamentales para contribuir a las actividades biológicas.

Desde el punto de vista biológico, algunos caracteres importantes para nosotros, como el psiquismo, la memoria o comportamientos de los organismos atribuibles al sistema nervioso, como actos reflejos, pueden tener su base no en órganos determinados, sino emerger como consecuencia de algunos tipos especiales de neuronas o, incluso, de su número o de otro tipo de estructuras.

Por otra parte, la paleontología induce (sólo induce) a pensar que algunos caracteres morfológicos no son consecuencia de mutaciones de genes concretos, sino que más bien aparecen como consecuencia de la acción coordinada de muchos genes acumuladas simultáneamente y todas ellas incidiendo en estructuras morfológicas relacionadas. Por ejemplo, (solamente es un ejemplo), algunos rasgos de cabezas de mamíferos serían consecuencia de muchas actuaciones de genes que afectasen a diferentes pares de esas Emergencia de caracterescabezas, pero ninguna de ellas afectaría a la morfología concreta, que realmente no estaría regida por genes. Ésta, la forma concreta de la cabeza “emergería” como consecuencia de las acciones sencillas de varios y diferentes genes, todos ellos afectado a caracteres que se expresen en dicha estructura.

No es mucho lo que se sabe acerca de esta situación, pero siempre que se dan complejos estructurados, emergen los mismos caracteres. Es decir, no son cosas aleatorias.

Los enjambres presentan propiedades emergentes, con comportamientos fijos por parte de cada uno de sus miembros. Tan rigurosos son esos comportamientos y tan estructurados, que no faltan biosociólogos que pretenden considerar como individuo a cada una de las colmenas. Para aceptar esta propuesta, sería preciso replantearnos qué consideramos como individuo. Pero ningún biólogo ha rechazado esa propuesta de los biosociólogos. Nadie la ha rechazado, pero tampoco nadie la ha aceptado, mas bien ha quedado como postura extravagante que nos recuerda que, en biología, nada hay fijado ni considerado de modo definitivo.

Cada idea que tenemos, y que consideramos definitiva, vemos cómo se nos desvanece conforme vamos profundizando en los estudios y, por consiguiente, ampliando nuestros conocimientos. Un proceso dinámico muy interesante de observar, de vivir.

La interpretación de la emergencia representa una gran interrogante en nuestro saber.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


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