Es la economía, estúpidos separatistas

Bill Clinton pronunció en un debate electoral en 1992 una frase que hundió a George W. Bush padre, entonces presidente de EE.UU: “It's the economy, stupid”.

La misma que implícitamente recordaron los miembros e invitados de la Sociedad Civil Catalana (SCC) en la enorme manifestación de constitucionalistas organizada por segunda vez este mes en Barcelona contra las coacciones nacionalistas y su República de castellers.

Los oradores estuvieron muy racionales apelando a la ley, primero la catedrática de Derecho Constitucional Teresa Freixes, pero también emotivos porque, como confesaron, temieron que los independentistas lograran el secesionismo y la separación moral de España.

El acto, cuyo grito más común fue “Votarem” el 21 de diciembre en la esperanza de un próximo gobierno no nacionalista, fue una reivindicación de amor a España como hogar de todas las garantías, y una advertencia al independentismo: “It's the economy, stupid”.

Porque, como decían los promotores de la SCC sin que se les escuchara hasta ahora-- y como expusieron didácticamente el exministro popular Josep Piqué y el socialista Borrell--, el independentismo es la ruina económica para Cataluña y un enorme daño para toda España.

Al describir la huida de momento de casi 2.000 empresas catalanas, Borrell explicó que para el ex vicepresidente económico de la Generalidad, Oriol Junqueras, “eran poca cosa porque quedan más de 200.000”.

Lo que le recordó a Borrell el caso del niño que tiene cuatro euros, dos en una moneda y el resto en moneditas de un céntimo: “Junqueras, dice que no importa perder la moneda valiosa de dos, porque le quedan 200 de un céntimo”.

“It's the economy, stupid”, y estuvisteis a punto de dejar Cataluña como un erial, advirtió, además de alabar el artículo 155 de la Constitución porque al menos pude parar esa deriva suicida.