La frivolidad de los tertulianos de la tele hablando de temas serios es tan indignante como la de esos periodistas que nos presentan como expertos porque han escrito un solo reportaje sobre el tema o un libro recopilatorio con informaciones de los demás.
Así ayer, mientras veíamos aún llamas en el límite de la superficie negra y las lágrimas de los gallegos empapaban nuestra bandera, ellos, los listillos de turno, se dedicaban a dar sentencias.
Y en todas ellas contaban la idiosincrasia de nuestro rural, como si la gente que vivimos en la aldea fuésemos tan pintorescos como los nobles de la tribu de los Masai. Es decir, ejemplares raros de la especie humana. Ya les vale.
Alguno se atrevió a contar que en Galicia se conocía más de un ciento de pirómanos a los que quizá se debieran los casi trescientos incendios de este octubre negro
ya que ellos, los incendiarios, sabían mejor que nadie del efecto de la confluencia treinta: 30 grados de temperatura, menos de 30 de humedad y vientos de más de 30 kilómetros por hora. Decía el tipo
- Los pirómanos son gente normal, paisanos que se sienten fascinados por el fuego y que por eso utilizan sofisticados sistemas incendiarios de fabricación casera.
Esa frivolidad informativa de periodistas de medio pelo conduce luego a las especulaciones en las redes sociales y nadie se cree lo que cuentan los expertos de verdad: los ingenieros de montes, los bomberos, los brigadistas, los soldados, la policía forestal y en general las 10.000 personas que trabajan cada año en Galicia para evitar catástrofes como esta última.
Está claro que por muchos pirómanos que haya en Galicia jamás estarán tan bien organizados como para elegir el día clave, recorrer el país en la misma madrugada y sembrar el fuego en los puntos más difíciles y estratégicos de nuestra imposible orografía. También es verdad que el fuego no surge de forma espontánea en cinco lugares diferentes y próximos, de noche, sin que sea provocado intencionadamente.
Así que, sin discutir el número de enfermos pirómanos que pueda haber en nuestras aldeas, villas e incluso ciudades, lo único cierto que hay hasta este momento sobre esta tragedia que calcinó a cuatro personas es lo dictaminado por el comisario de Policía de Vigo:
Los incendios han sido provocados por una banda perfectamente organizada y compuesta por profesionales.
Y lo que nos consuela es que, tanto la Policía como la Guardia Civil, están siguiendo la pista a medio centenar de sospechosos que fueron vistos en los lugares donde se inició el fuego. Es más, algunos fueron identificados a través de las cámaras de vigilancia instaladas en puntos estratégicos de nuestros montes.
Así que nos queda la esperanza de conocer la identidad de al menos algunos de los criminales que nos quemaron media Galicia estos días.
