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Reconstruir Cataluña

jueves, 05 de octubre de 2017
Cataluña no será independiente aunque lo proclamen el gobierno de Carles Puigdemont y el Parlamento autonómico. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible, dijo Talleyrand, frase atribuida erróneamente aquí a dos toreros, El Gallo y Guerrita.

Imposible, aunque millones de catalanes movilizados por la fe y la pasión de las sectas destructivas esperen que la independencia prometida por la yihad nacionalista creará un paraíso como el islamista, con fuentes manando vino, vírgenes (ambos sexos) y billetes de 500 euros.

En este mundo globalizado ninguna de las dos organizaciones que integran económica y militarmente a los países occidentales, la UE y la OTAN, toleraría la desintegración de uno de sus miembros, y menos tras comprobar que Rusia apoya a los separatistas.

Nadie permitirá que una Cataluña, aislada para evitar contagios en otros territorios europeos, cambie la geopolítica, especialmente la mediterránea, y pueda albergar una base rusa, ya no militar, sino simplemente logística.

Por tanto, el Estado deberá administrar su triunfo sobre el independentismo y evitar cualquier actitud violenta de los radicales porque, como también decía el mismo Talleyrand, “hay alguien que tiene más espíritu que Napoleón, que Voltaire, que todos los ministros presentes y futuros: la opinión pública”.

Aunque hay contrapeso: “el espíritu sirve para todo, pero a nada conduce” advertía el diplomático tras la Revolución Francesa.

Tenemos, pues, una poderosa opinión pública independentista movida por un espíritu que no lleva a ninguna parte. Características negativa y positiva para que administre el gobierno español.

Rajoy y Ciudadanos deben convencer al PSOE-PSC --suman más de dos tercios del Parlamento--, que reconstruir Cataluña exige volver a antes del Estatuto zapateril, y que una posible reforma constitucional tiene que evitar las sectas nacionalistas, la escuela separatista, por cierto facilitada anteriormente por Aznar, y el agitprop oficial, como TV3, la Radio Mil Colinas de Ruanda.
Molares do Val, Manuel
Molares do Val, Manuel


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