Desastres naturales, seguros y responsabilidades

Sonia Sachs me envía dos artículos de Jeffrey centrados en la necesaria revisión de los seguros y en las responsabilidades. La premisa es que el cambio climático originará más inundaciones y huracanes. Los negacionistas rebaten preguntándose si en el pasado no hubieran sido igualmente posibles los desastres causados por Irma y Harvey‎, quienes creen que son debidos o engrandecidos por ellos razonan que los daños de Harvey e Irma han sido mayores debidos a la subida del nivel del mar que da más fuerza a los huracanes, el calentamiento de los océanos aumenta la energía de los mismos y un aire más cálido origina mayor vapor de agua e incrementa las descargas torrenciales de lluvia. Todas causas debidas al cambio climático. El futuro puede ser peor y los desastres a su vez mayores. Respecto a las responsabilidades no se pueden ocultar la culpabilidad de las petroleras y de las industrias contaminadoras y los factores de riesgo como coches, camiones, calefacciones, que tendrán que ser sancionados con impuestos medioambientales. La responsabilidad afectará a estas empresas, a sus directivos y también a los inversores y accionistas. Repercute sobre todos. Al mismo tiempo las compañías de seguros privadas tendrán que aumentar sus primas y revisarse su relación con el sector publico, en España el consorcio de seguros, para poder afrontar los perjuicios sufridos por sus asegurados. Hace falta una base científica fiable y para ello se ha creado un sofisticado sistema de "atribución" climática denominado en inglés World Weather Attribution (WWA), un consorcio científico, en que se engloban entre otros la Universidad de Oxford, la Real de los Países Bajos, la de Melbourne y la Cruz y Media luna Roja con sus respectivos Institutos de Cambio Climático. Este proyecto que analiza y certifica los efectos del calentamiento global atribuye la subida de las temperaturas que este año han constituido un récord y que en Bélgica amenazan ser dobles, cuadruples en Francia e Inglaterra y diez veces más en España y Portugal. Son afirmaciones y pronósticos aterradores, sobre todo para la Península Ibérica, por lo que según Sachs hay que hablar de compensaciones e indemnizaciones por parte de los países que no tienen una adecuada política ambiental y de empresas que como Exxon contribuyen a los desastres naturales. Sachs levanta también su dedo acusador a los hermanos Koch, que son su bestia negra, con sus refinerías y oleoductos y sus políticas de apoyo a la minería. En España estamos a años luz de estas consideraciones y podemos situarnos entre las víctimas de estas poderosas multinacionales, aunque nuestro Ibex tiene que ponerse las pilas, tanto los ejecutivos como sus accionistas. En una economía mundializada es necesario que haya una conciencia ambiental con base científica, ya que estamos todos en el mismo barco y no podemos naufragar, nunca mejor dicho, cuando Harvey e Irma asoman sus fauces pavorosas.