Paz y concordia

Este lema de Cesar Augusto "Pax et Concordia" ha sido el elegido por el cardenal de Barcelona Monseñor Juan José Omella para la Misa por la Paz y la Concordia en el estupendo marco de la Sagrada Familia,que desde la visita de Su Santidad Benedicto XVI, no había vivido una solemnidad similar. Asistieron Sus Majestades los Reyes Felipe VI y Letizia y el Presidente de Portugal Marcelo Rebeló de Sousa, los primeros ministros de España y Portugal Rajoy y Costa y el Presidente de la Generalitat Puigdemont y las alcaldesas de Barcelona, Cambrils y Madrid. Sras. Colau, Mendoza y Carmena y muchas más autoridades civiles y militares y la comunidad musulmana. Monseñor Omella pronunció una homilia, que recordó a la del Cardenal Tarancon en los Jeronimos con motivo de la Coronación de Juan Carlos I, apeló a la unidad frente a la división que "nos corroe y destruye" y sus palabras rezumaron reconciliación y consuelo para las víctimas de los brutales atentados de Barcelona y Cambrils. Leyó un mensaje del Papa Francisco muy sentido y armonioso dirigido a españoles y catalanes. La misa se celebró en los dos idiomas con una coral sublime. La compostura fue perfecta entre el gobierno central y el autonomico. La impresión es que el atentado de Las Ramblas ha cambiado el clima político y que nada será igual. Ha habido un antes muy crispado y ahora es esta imponiendo la cordura. Salen muy reforzados los Reyes. Don Felipe ha estado magistral, demostrando un gran temple y un saber estar heredado sin duda de su madre la Reina Sofía. Se ha mostrado a la altura de las circunstancias. Letizia en su papel muy sobria y entonada. Rajoy y Puigdemont enrocados en sus trece, pero comedidos y corteses. Los chicos de la CUP desaparecidos junto a sus primos de Podemos. La Barcelona del Bon seny ha renacido en estas horas trágicas. Hasta el 26 de agosto en que se célebre la concentración "No tenim por" la vida política estará congelada, luego reprendera, pero el once de septiembre, la Diada, estara también teñida por la repercusión de los atentados. Los especialistas en la xenobia y en atizar el odio lo tendrán más dificil. La unidad de estos días de duelo templará a bien seguro el furor independentista. Mi padre vivió y trabajó 27 años en Barcelona y quería a esta tierra como a su Asturias natal. He frecuentado tantas veces Las Ramblas, me he recreado con esa maravillosa fauna humana y he aprendido también a querer a Cataluña y a Barcelona,"el archivo de cortesía" como la denominó Miguel de Cervantes. En la Sagrada Familia se ha encendido, como en los Juegos Olímpicos de 1992, la antorcha de la paz.Monseñor Omella nos ha invitado a la unidad, demonos un fraterno abrazo todos los pueblos de España, desde Asturias con amor.