Me ha llenado de estupor el ajusticiamiento de un terrorista en camiseta y con las manos alzadas al que un policía le dispara como si fuera el tiro al blanco, que en Estados Unidos se convierte en disparo al negro. La escena la reproduce la televisión filmada por un móvil en Cambrils y me pregunto si la misión de la policía no es reducir a los delincuentes y entregarlos a los jueces. Israel y Rusia son siempre muy contundentes y eliminan a los terroristas sin contemplaciones. En Cambrils se ha hecho lo mismo y en otro lugar se ha abatido a un ciudadano que al parecer se salto un control. Habría que preguntar al Ministro del Interior y al jefe de los mossos cuales son las instrucciones que reciben los agentes para estos casos. Comprendo la rabia ciudadana y el ansia de reparación y venganza, pero francamente creo que los agentes salvo en legítima defensa no deben matar a los terroristas, ni a nadie. La justicia exige el escrupuloso respeto de la ley, aunque estemos en una guerra no declarada y se interprete que la supresión del enemigo sea la regla bélica. Se debe abrir un expediente sobre este asombroso episodio. No es garantismo exagerado,es simplemente respetar la función correcta de las fuerzas de seguridad. Detener, interrogar, descubrir a los cómplices y castigarlos, pero respetando insisto la legalidad. Harry el sucio es un héroe de pelicula, no puede convertirse en un modelo a seguir. Ni que decir tiene que los hechos imputables a estos brutales terroristas son monstruosos, pero el gatillo fácil no es de recibo. No existe una ley de fugas ,ni se la espera. Ni Chuck Norris, ni Clint Eastwood, pueden ser un ejemplo.
