El Tribunal Constitucional ha puesto fin a la rebeldía de esta granadina ,que un buen día se llevó a sus niños de Italia de visita y ya no volvió. Por mi larga estancia en Italia y al contacto con muchos estudiantes Erasmus que colaboran en mi Fundación me he tomado la labor de investigar este espinoso asunto.
Vaya por delante la consideración que la sociedad italiana es mucho más conservadora que la española y esto en todos los estamentos sociales. Las jóvenes italianas estudiantes, tienen que estar en su casa antes de las nueve, diez de la noche. No hablan de tener pareja, sino de "fidanzato", es decir novio. En las grandes urbes del norte, Milán y Turin el control es menos férreo, pero de Roma para abajo y no digamos en las islas Cerdeña y Sicilia, se respetan estos horarios y lo normal es la hora del Telediario de la RAI, las ocho de la noche.
Un programa de máxima audiencia a las nueve,ha sido Don Matteo en que el protagonista es un sacerdote detective y unos simpaticos carabineros. Se imaginan en nuestra España libertaria un programa a base de curas, monjas y guardias civiles, puestos como ejemplo social.
Ademas la omnipresencia del Papa,polaco,alemán o argentino condicionan a los italianos.Ellos tan atildados,basta ver las camisas planchadisimas de los conductores de autobús y de la guardia urbana.Tan machitos dominados por la Mamma,y permanentemente coquetos y ligones,estos estereotipos mueren con dificultad.Los populistas de Grillo son más desastrados,ellas y ellos,pero dentro de ciertos limites.Es un desaliño más estético,pero las costumbres son también rígidas antes del matrimonio,para luego refugiarse en amores clandestinos secretos.
Cuentan las crónicas,que Juana dejaba a su italiano solo con su hijo y se iba de jarana hasta las seis o siete de la madrugada.Esto a mis estudiantes españolas de Podemos les parecerá muy normal y entra dentro de los esquemas de liberación de la mujer.Luego los dos se separan,tienen otros amores,pero el hijo les une surge la chispa vuelven a vivir juntos y tienen otro hijo.Estan en la isla de San Pietro,el lugar más aislado de Italia y también más exquisito,por su lejanía de los agobios ciudadanos.
Explotan una granja turística en las afueras de Carloforte la pequeña capital de seis mil habitantes.Se conocen todos y es imposible ni aventuras diurnas,ni nocturnas.Juana al principio atraída por los dictados ecologistas,pronto se siente como en una carcel.En España el ecologismo es libertario.En Italia es más contemplativo.Juana se harta de tanta paz,tanto aislamiento,llegan solo un par de ferrys a la semana con trayectos largos a Cerdeña.Para unos un paraiso,como la isla Pantelleria en Sicilia que se ha resistido a dotarse con luz eléctrica para vivir como en los viejos tiempos.Para otros,los amigos de fiestas y juergas un infierno.
En Italia un dicho popular dice que "tra moglie e marito non mettere il dito" por lo que no puedo adentrarme en esa química celeste que une o desune a los seres humanos.La denuncia de violencia de género en San Pietro me imagino que no se presentó porque hubiera sido fácilmente rebatible por los vecinos de este micro mundo, que se mantienen siempre dentro de los límites de las riñas matrimoniales,que ponen sal y pimienta a las relaciones humanas.Quien tiene razón es difícil establecerlo,pero tengo que constatar que Italia y España tienen costumbres diferentes y que nuestro país tiende al anarquismo libertario y se está produciendo una verdadera revolución de la mujer,que reclama sus derechos y se ha levantado en armas contra el machismo.Un lugar como San Pietro no era ideal para Juana,pero si para sus hijos.
