Terrorismo y política

Este 17 de agosto pasará a la historia de Barcelona como el día que los yihadistas atacaron en Las Ramblas y fue noticia mundial. El Presidente Puigdemont y la alcaldesa Colau estaban de vacaciones. En el Parlament el tema era el del referéndum independentista. En Madrid Pedro Sánchez se preparaba para lanzar su globo sonda plurinacional. El terrorismo ha golpeado sin piedad y ha puesto en sordina la independencia y el asalto a La Moncloa.‎ Los turismofobicos enmudecidos y los críticos de la presencia de la Guardia Civil en el Aeropuerto dejados sin argumentos. Las cifras trágicas de muertos y heridos nos dejan a todos horrorizados e imponen la unidad y la firmeza ante estos viles atentados.

Las Ramblas son conocidas en todo el mundo y los turistas las han recorrido de punta a cabo. El eco mediático esta garantizado. España está de luto y su ciudad turística por excelencia golpeada. Este terrorismo paraliza toda la política interior y resalta la necesidad de una política de estado. La defensa de la seguridad es competencia del estado central y no del autonómico.

Esta semana que se presumía movida políticamente ha cambiado de signo y se ha convertido en una repulsa unánime del terrorismo. Ha quedado clara la impotencia y la falta de información de las autoridades catalanas. Estaban jugando al gato y al ratón con los tribunales de justicia y los extremistas de la CUP no condenaban los ataques al turismo y la alcaldesa se mostraba tibia y ausente.

Ni el caos del Prat merecía interrumpir las vacaciones. Los terroristas se han mostrado también furiosamente turismofobicos por las bravas matando turistas y dejando secuelas permanentes en muchas vidas inocentes. Ciertamente nadie esperaba lo que ha ocurrido en esta jornada trágica del 17 de agosto.

Las fuerzas de seguridad se reforzarán sin duda.Tendra que mejorar la coordinación entre las fuerzas autonómicas y centrales. El protagonismo de España es evidente y el ninguneo a la nacionalidad catalana es meridiano. El atentado se ha producido en Barcelona, España. Triste consuelo.

En Madrid el 11M ha quedado imborrable en nuestra memoria colectiva y con todos los españoles de bien enviamos un gran abrazo a las victimas, los heridos, los afectados y a todos los barceloneses y catalanes. La unión hace lAA fuerza.