Esto está que arde

Nuestro amable corresponsal en Nueva York Jeffrey Sachs que ya conocen mis lectores de GD está muy alarmado por la parálisis de la política económica de Estados Unidos y también por la ciénaga de su política exterior. Nos traslada la preocupación ‎por una Casa Blanca sacudida por un terremoto y un Congreso paralizado. Parece que esté hablando de Cataluña instalada en el desastre. Sachs examina los dos centros de poder en Washington, la Casa Blanca y el Capitolio. En la Casa Blanca el caos se debe a la personalidad del presidente y, no es precisamente muy generoso con su descripción de Trump. Según nos cuenta se asemeja a algún Cesar romano del tipo de Neron o Caligula, esta es mi reflexión. Sachs se despacha definiendo a su presidente como dotado de un super ego, de ser un mentiroso patológico sin sentido del remordimiento o de la culpade, con superficialidad meridana y ‎estilo de vida parasitaria. No contento con esto lo tacha de impulsivo, incapaz de aceptar la responsabilidad por sus propias acciones y nada menos que sufre de una personalidad trufada de síntomas narcisistas que se manifiestan en sus breves matrimonios. Está claro que las consecuencias pueden ser muy malas, pues los narcisistas patológicos tienden a complacerse en conflictos violentos y en guerras. Cita como ejemplos los de Lyndon Johnson en Vietnam y Andrew Jackson y su limpieza étnica de los nativos americanos. Es importante que los lectores españoles nos demos cuenta de los estragos que está causando la presidencia de Trump a quien el profesor Jeffrey acusa de no tener lo que se requiere para un buen Gobierno, ni honestidad, ni dignidad, ni competencia, ni empatia, ni experiencia, ni capacidad para planificar y remata diciendo que para algunos observadores Trump muestra signos de disminución de su capacidad mental. En palabras pobres, que no solamente es un fantoche,sino que es medio idiota. Si el profesor Tamames, por mencionar a alguien a la altura de Sachs mencionara en un periódico de tirada nacional a Rajoy, Sánchez, Ribera o Iglesias con la mitad de todos estos calificativos tendríamos un escándalo nacional. En Estados Unidos el enfrentamiento es durisimo, sin cuartel. Paralelamente se desacredita igualmente a sus colaboradores incluidos a tres generales que abogan por acciones militares y tienen sus obsesiones particulares. Sachs continúa que para remover a este presidente haría falta que los líderes Republicanos lo decidieran en caso de que se embarcara en una guerra. Muy interesante la reflexión que nos hace Jeffry sobra la causa de la parálisis del Congreso lo atribuye a que los grupos de presión son muy fuertes y el dinero fluye alegremente con la corrupcion correspondiente olvidándose de los intereses reales de los ciudadanos. Los principales responsables son los hermanos Koch y su dinero. Dos millonarios sin escrupulos. Trump para adptar sus decisiones no echa mano de sesudos studios sino que envía muchos tuits que ponen en peligro la seguridad nacional.Sachs recomienda que los líderes de los dos partidos despojen al presidente de la facultad de declarar la guerra. Dos son los peligros de guerra: el primero Corea del Norte nos queda muy claro en España y el segundo, Irán, es más confuso pero, al parecer, tiene su partidarios en la Secretaría de Estado. Recordemos cuando Bush hijo designó a Irak como su enemigo máximo. Las recomendaciones de nuestro corresponsal en Nueva York, espero que Don Xulio esté de acuerdo en nombrarte, son confiar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la resolución de conflictos para lo que tendrían que ponerse de acuerdo los cinco miembros permanentes y, la propuesta más audaz es la de reconvertir el sistema constitucional de Estados Unidos en un sistema semiparlamentario como el de Francia y, naturalmente, poner coto a los grupos de presión y regular la financiación de las campañas. Termina de forma wagneriana "tenemos que sobrevivir a la peligrosa presidencia de Trump para preservar la paz". Esto lo dice uno de los profesores más ilustres de los Estados Unidos. Las cosas están que arden, amigos!