Mientras en España el frente soberanista remueve las aguas este verano y el Divino Pedro trata de llegar a la Moncloa lo antes posible con su arma secreta el misil plurinacional, en el mundo son otros misiles los que traen de cabeza a las grandes potencias. A las bravatas del líder supremo de Corea del Norte responde un furioso Donald Trump que promete un fuego jamás visto. No se puede descartar un ataque preventivo contra los arsenales de Pyonyang. En Venezuela en vez de votos hay las botas de los gorilas de Maduro y la omerta el silencio culpable de sus sucursales en España. Una situación crítica, con una violenta represión de esta nueva versión del Tirano Banderas. En Europa la crisis de los refugiados es una amenaza constante para Italia, que ha recibido este año cerca de cien mil emigrantes y prosigue el parapeto turco como frontón que rechaza a quienes quieren asentarse en Europa. Prescindiendo de demagogias facilonas por partidarios y detractores habría que establecer un sistema de cuotas, que garantice trabajo y una vida digna a quienes quieran instalarse en El Dorado europeo. Hay que desactivar las cargas de odio y xenofobia atizadas por los populistas, pero es preciso limitar, impedir las avalanchas, cortar las alas de los traficantes e impulsar el desarrollo en sus países de origen. Las persecuciones contra los cristianos en los países islámicos y el hostigamiento en la India son motivos de honda preocupación en el Vaticano. La convivencia entre las religiones, la fe compartida es indispensable para la paz. Las confrontaciones entre Israel y los palestinos se eternizan y no se ven soluciones proximas, lo mismo la tensión entre Ucrania y Rusia. El drama de Oriente Medio no se resuelve con la derrota de los yihadistas, las tensiones entre sunitas y chies abren un nuevo frente en Catar y el terrorismo esta en cada esquina. Un mundo asediado por el cambio climático, las
hambrunas y las epidemias endémicas como el paludismo y la tuberculosis no consigue ponerse de acuerdo e impulsar unas Naciones Unidas que garanticen la paz y la seguridad, velen por los derechos humanos y logren una vida digna para todos los habitantes de este singular Plan Azul. Las amenazas globales son muchas, pero el mundo se ha empequeñecido con el enorme despliegue de las nuevas tecnologías, hay un déficit de trascendencia que impide que reine la fraternidad y como denunciaba Ortega y Gasset el avance de las Ciencias no se corresponde con el rezago de la moral, que va por detrás y no consigue inspirar a los grandes adelantos tecnológicos.
