Elecciones YA!

Cuando el 16 de agosto terminen las vacaciones políticas catalanas Rajoy estudia convocar un Consejo de Ministros Extraordinario para frenar la tramitación urgente de la Ley de Referéndum express y convocar elecciones generales ante el reto de Puigdemont y su coalición por la independencia. Si hubiera unanimidad entre los partidos constitucionalistas no serían necesarias, pero la deriva federal del PSOE y la intención no velada de su líder de presentar por sorpresa una moción de censura para a río revuelto alzarse con la Presidencia del Gobierno hacen necesario consultar a los españoles pues esta en juego la unidad de España y para ello hace falta auscultar la voluntad soberana de la ciudadanía. Debe decidirse si se acepta la España plurinacional que propone Sánchez al frente de la actual mayoría electoral de izquierdas y de nacionalistas‎, que es una opción que precisa refrendo popular o si por el contrario el Partido Popular y Ciudadanos consiguen una mayoría electoral que permita una respuesta enérgica al desafío independentista catalán. El clima social se está enrareciendo debido a las campañas radicales violentas contra el turismo que podría poner en peligro la viabilidad de España como primer destino mundial y frenar la recuperación económica y la consiguiente política de empleo. El turismo borroka con su violencia contra hoteles, restaurantes, autobuses y pisos turísticos es una amenaza que debe abordarse. Por otra parte la corrupción del Partido Popular merece también una respuesta electoral. Una opción sería un gobierno a la portuguesa que los desalojara de la Moncloa y reeditara un frente popular como en 1936, que se propusiera erradicar esta lacra social y emprender una lucha contra la desigualdad y los recortes sociales. No cabe duda que Rajoy y sus asesores tienen un sudoku que resolver en esta primera quincena de agosto. No solo ellos, sino toda la ciudadanía. Es un asunto que merece una respuesta electoral, sin aspavientos, serenamente, pero respetando la voluntad de los electores. En la transición se consiguió una convivencia ciudadana, que parecía imposible y se logró. Los pactos de la Moncloa garantizaron un innegable avance social. Ahora el panorama se ha enrarecido y existen brotes prerevolucionarios, que apuntan a la reaparición de las dos Españas. La decisión que se tome es muy importante por ello hay que votar y aceptar los resultados, está en juego la reconciliación y la concordia.