Música no día de Galicia

Pólvora en Compostela celebrando el “Día de Galicia”, las fiestas en honor al Apóstol Santiago repicando las campanas de la Catedral para anunciar un jubiloso 25 de julio acompañado de mucha y buena música, como la de la Real Filharmonía de Galicia dirigida una vez más por el Maestro Zumalave en la secular Capilla del Hostal de los Reyes Católicos, lugar en el que la piedra se vuelve en sí misma… canción. Beethoven y su Obertura Egmont, en la que incidentalmente el compositor quiere representar el sufrimiento del pueblo ante la opresión (siguiendo a Goethe, el formidable literato romántico alemán), fue el inicio en el que la solemne zarabanda preludia el tema lírico y expresivo sobre los que fluctúa la obra para culminar con el himno a la libertad. También sonó la Sinfonía Nº 2 la “Sinfonía Clásica” -música de hierro y acero- de Prokofiev, el compositor que afirmaba que su “deber, como el del poeta, el escultor o el pintor es servir a sus congéneres, embellecer la vida humana y apuntar el camino hacia el futuro radiante” (código inmutable del arte). Obra densa e implacable en su primer movimiento y contrastante en las variaciones que le suceden. Música de Galicia con la Cuatro Canciones de Chané basadas en textos de Curros -“irmáns de raza”, “voces concertadas para a defensa de Galiza”- versionadas magistralmente por Juan Durán que contribuye así a recuperar nuestro patrimonio musical histórico y a hacerlo con su indiscutible talento más grande. Cantiga, Os teus Ollos, Tangaraños y Un adiós a Mariquiña sonaron en voz del barítono Gabriel Alonso, que añadió el “matiz” ferrolano en día tan singular. Gabriel, una promesa que parte ahora a cumplir su sueño en la Escuela Superior Reina Sofía en donde estudiará con el Maestro Ryland Davies, algo que celebramos en el ambiente musical ferrolterrano. Día de Gloria pues para Galicia, para su música y para su también gloriosa orquesta.