La hora de las hienas

No he sentido nunca simpatía, ni por Blesa, ni por Villar‎, pero el clima que he experimentado en estos días me ha asustado. Muchos de nuestros compatriotas se han convertido en hienas, que se libran al morbo con delectación. Reclaman sangre. Un símbolico 14 de julio de 1789, en que las masas toman la Bastilla y reclaman sangre. Se echan de menos, sin decirlo, las guillotinas para cortar el gaznate a los enemigos del pueblo. Todo ello sin matices, ni ambages, son culpables y merecen el castigo. Se lincha a estos dos personajes, sin posibilidad de defensa. Roza si no fuera trágico el ridículo. El presunto suicidio de Blesa en una finca donde iba de cacería y las hienas acabaron con Don Miguel. La cacería mediática orquestada por la furia anticorrupción, que respondía ciertamente a su mala gestión y a sus malas prácticas, pero sus culpas fueron compartidas, pero era la perfecta cabeza de turco y las hienas se refocilaron con su presa. En sus horas de desgracia desaparecieron amores y amigos. El caso de Villar el gran padrino del fútbol español, tiene puntos dudosos. La Federación Española de Fútbol es un organismo privado, que tiene vinculaciones públicas al recibir subvenciones y entiendo que el Consejo Superior de Deportes es una coordinadora, que no puede intervenir en sus asociaciones miembros. La denuncia tenía que partir de la Junta Directiva o por miembros de la Federación y no por el Consejo Superior de Deportes. Incluso la FIFA es una asociación privada sometida al derecho civil suizo. Los manejos y tejemanejos del Presidente Villar y de su hijo y colaboradores no son de la incumbencia de ningún organismo publico. La subvención que afecta a Haití y otros países ha tenido que ser devuelta, al no ser debidamente justificada,pero es una infracción administrativa. Explicar todo esto, que es muy claro me ha sido confieso misión imposible y he visto brillar los colmillos afilados de mis amigos futboleros, con el pulgar hacia abajo. Repito que Villar me es antipático, pero lo que leo y escucho no me convence. La Federación puede manejar sus fondos como quiera, siempre que no haya apropiación indebida y delitos tipificados como tales en el Código Penal. La pretensión que una instancia gubernamental límite los mandatos de un organismo privado son grotescas. Me imagino que se persigue el blanqueo de dinero, pero habrá que demostrarlo. A Alcapone lo condenaron por evasión de impuestos. Mientras tanto nos convertiremos en hienas y reclamaremos hogueras y patibulos y eso con profusión de condena de telediario a tutiplén. Esto es lo que hay, me dice Octavio el oráculo de Avilés. Es la hora de las hienas.