La cocina es posiblemente el lugar de la casa que requiera más limpieza y cuidados. Es la habitación que más uso y, por lo tanto, más desgaste tiene. Al cumplir una de las funciones más importantes de nuestras vidas y una de la que más aporta a nuestra calidad de vida, la preparación de los alimentos que vamos a consumir, debería catalogarse como la estancia más importante del hogar y la que más mantenimiento e inversión necesita.
Para mantener la cocina en buenas condiciones, debemos conocer sus partes a fondo y saber qué elementos la conforman, para poder dividir sus cuidados y realizarlos de forma efectiva.
La cocina es un único espacio que se divide a su vez en tres partes bien definidas por la función que éstas tienen y las labores que en ellas se realizan. La distribución correcta de estas tres partes es esencial para la optimización del trabajo en la cocina y la movilidad dentro de esta y esto hace también que nos resulte agradable o no estar en la cocina trabajando.
Partes de una cocina I, la cocción
Así nos encontramos con que hay una zona de cocción, donde nos encontramos con elementos clave, como el horno, el microondas y la campana extractora.
Existen diferentes modelos de campanas extractoras de cocina, en dependencia del lugar de instalación. Es decir; cuando los fuegos están ubicados en una encimera tradicional, contra una pared, podemos colocar
campanas extractoras de cocina que sean extraplanas o telescópicas, encastradas o decorativas. Y cuando los fuegos están ubicados en una encimera, que forma una península o una isla, podemos instalar otros tipos, como las campanas de isla, las campanas de techo o las campanas de encimera.
Si atendemos a su funcionamiento, se pueden distinguir entre campanas de succión, que son campanas que aspiran los humos, olores y gases y los envían al exterior mediante un tubo comunicado con la fachada de la vivienda. Son más eficaces que el segundo tipo, las de filtro de carbono o recirculación, en las que no existe tubo de evacuación y la campana aspira los humos y gases y los pasa por un filtro que depura el aire, volviéndolo a enviar al ambiente.
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Partes de una cocina II, la limpieza
La parte que se ocupa del lavado de la cubertería y el menaje, es decir, el fregadero y el lavavajillas, deben aspirar a un correcto mantenimiento en su instalación, ya que al ser elementos que funcionan bajo la constante presión del agua, pueden tener fugas o atascos que nos sean realmente perjudiciales para realizar las labores cotidianas con los alimentos.
Y es que los malos olores que aparecen por estos atascos o humedades estropean la producción y manipulación de cualquier comida. Además, en el caso del lavavajillas, representa un problema añadido, ya que al ser una máquina que funciona con corriente eléctrica y trabaja con agua, las derivaciones y cortocircuitos derivados de un mal mantenimiento pueden producir incluso riesgo de muerte.
Una cocina debe parecer siempre lustrosa y brillante. Con buena iluminación, para trabajar en los platos de la mejor manera posible. Es por esto que debería poseer amplias ventanas para que entre una buena cantidad de luz natural.
La amplitud y la visibilidad dan sensación de limpieza, una decoración atractiva también. Lo que mejor va en las ventanas de las cocinas son los
estores enrollables translucidos, pues con un estore translucido, los días de excesivo sol, se puede atenuar la entrada de luz sin apagarla del todo, con lo que se puede seguir trabajando en la cocina con luz natural, pero amainado ese exceso de luz y calor.
La tienda online dedicada a la venta de estores enrollables translucidos que referenciamos en el enlace, ofrece un catálogo de diseño de estos objetos decorativos al mejor precio y calidad, para la cocina o cualquier otra parte de la casa. Se utilizan tejidos que filtran la luz solar, difuminándola para hacerla mucho más agradable. A su vez, ofrecen intimidad, pues impiden que sea posible ver desde el exterior el área interna donde se encuentran instalados.
Partes de una cocina III, El almacenamiento
El almacenamiento adecuado de los alimentos es un factor importante en la prevención y control de perdidas por desperdicio, daño o contaminación. Cuando la materia prima se deja sin guardar en el área de recibo, así sea por un corto periodo de tiempo, su seguridad y calidad se ponen en peligro.
La importancia del mantenimiento, tanto de limpieza como del control de la regulación de la temperatura en la refrigeración, afecta notoriamente la calidad y seguridad de los alimentos perecederos y de las comidas procesadas. Las temperaturas bajas detienen o reducen el crecimiento de bacterias, levaduras y hongos. Se recomienda que todos los productos con riesgo de contaminación se almacenen a 7ºc o menos y de. 0ºc. a -20ºc los congelados.
