Leonor de Castilla, hija del Rey Alfonso VIII y la Reina Leonor Plantagenet, fue Reina de Inglaterra por su matrimonio con Eduardo I. Nos remontamos nada menos que al siglo XIII y forma parte de aquel conjunto de Reinas que se llamaron Leonor y que probablemente han inspirado a los actuales Reyes de España, Felipe y Leticia para elegir un nombre regio para su actual heredera la Princesa de Asturias.
La Reina Leonor de Inglaterra es un claro antecedente de las relaciones entre España e Inglaterra que desde comienzos del siglo XVI cuentan ya con embajadores permanentes en ambas Cortes. No olvidemos que Felipe II, fue también Rey Consorte de Inglaterra y ya en el siglo XX, la Reina Victoria Eugenia, nieta de la Emperatriz Victoria se casó con Alfonso XIII. Todos estos recuerdos han aflorado en la visita de Felipe VI al Reino Unido.
Se desplegó toda la pompa y etiqueta de estas grandes ocasiones, con carrozas reales, propulsión de banderas de los dos países y un protocolo muy puntilloso. Nuestro Rey tuvo el buen gusto de ir vestido de civil, renunciando atavíos militares con bandas y condecoraciones, en su línea de Rey democrático al estilo nórdico. Doña Leticia, en cambio, paseó un estupendo conjunto de su modisto preferido Felipe Varela y una vistosa pamela al igual que la Reina Isabel, quien no renuncia nunca a sus bolsos.
La Monarquía más antigua de Europa, del mundo es la japonesa, recibía con todos los honores a la Monarquía más joven del continente. Además del ringo rango y del tipo de espectáculo que enriquece a los países republicanos, especialmente a franceses y estadounidenses, tuvo su contenido político en el discurso que pronunció Felipe de Borbón y Grecia en el Parlamento ante las dos Cámaras reunidas.
Habló en un inglés espléndido, no contagiado por sus estudios en Washington. El estilo curiosamente resultaba mucho mejor en inglés que en su versión española que tiende a emplear un léxico muy falto de expresividad, frio y monótono, mientras que en inglés sonaba más directo y cálido. La influencia de su madre La Reina Sofía a quien define su esposo Don Juan Carlos como que es una gran profesional se deja notar. Es sencillo y afable pero le falta el carisma amistoso que tiene su padre.
Tocó tres temas, una muy estudiada y cuidadosa referente a Gibraltar, otra sobre el Brexit y la más importante la referente a los doscientos mil españoles afincados en Gran Bretaña y a los más de seiscientos mil británicos que viven en España.
En estos veinte minutos, casi todos en inglés, hay que decir que salió muy airoso y que probablemente haya sido uno de sus mejores discursos. Encuentro muy cordial, pero complicado el mantenido con la Señora Teresa May que como Fernando Alonso tiene gafe por lo que Felipe habrá conjurado este mal fario como lo hacen los romanos y no olvidemos que su augusto padre nació en Roma.
Muy relevante en estas visitas regias el apoyo al mundo empresarial, tanto para las empresas españolas como para las británicas y, por último, la tradicional recepción a lo más florido de la Colonia Española.
Don Juan Carlos, ha sido siempre el mejor embajador de España y ha conseguido muchos jugosos contratos, ha impulsado brillantes negocios. Su presencia en la América de habla española, ha sido estupenda y su hijo intenta hacer lo mismo, cada uno en su estilo, más frío y protocolario en el caso de Felipe VI.
A quienes son partidarios de la República, con todo cariño hay que decirles que el sistema monárquico tiene la ventaja del abolengo y del peso de la tradición. No creo que el presidente Gonzalez, Aznar o Bono lo pudieran hacer mejor.
Felicitemos pués a la Casa Real por este brillante viaje al Reino Unido.
España existe pese a los hinchas del Barxa y a todos los que pretenden romper la baraja y dar al traste con nuestra convivencia de siglos.
Leonor tiene futuro.
