Tirano Banderas

Ramón María del Valle-Inclán pública en 1926 una novela Tirano Banderas, que se ha convertido en una Escuela de Dictadores. Santos Banderas tirano de Santa Fé de tierras calientes se ha encarnado en varios dictadores sudamericanos empezando por el Generalísimo Trujillo en la República Dominicana y acabando con Maduro ‎en Venezuela, que representa perfectamente el esperpento ibérico, con sus decisiones grotescas, su verbo caliente que comparten los caribeños, su violencia sin limites, su horror de una sociedad que padece 82 asesinatos al día y un desabastecimiento increíble en un país rico en petróleo. Venezuela soporta una violencia civil imposible, con manifestaciones y represiones diarias. Un desorden imposible. El régimen chavista ha perdido los papeles, al ser incapaz de imponer un orden que permita el desarrollo de una ordenada vida civil. Su propósito de acabar la corrupción que imperaba en el país desde la dictadura de Pérez Jiménez y el régimen democrático de Adecos y Copeyanos, socialistas y demócrata cristianos y de imponer un igualitarismo de corte castrista, barrenando a la clase media y fomentando a los descamisados de los ranchitos a base de subvenciones y de expropiaciones. La muerte de Chaves podía haber facilitado una transición a la democracia, pero no fue así, se pasó de la dictadura populista a una tiranía pura y dura, con un personaje esperpentico al frente, el exconductor de autobuses, el hombre del chandal, Nicolás Maduro, con sus camisas rojas y sus matones, sus militares enriquecidos con el narcotrafico y sus discursos descabellados rodeado de una Corte de los Milagros. La liberación de Leopoldo López, el opositor encarcelado durante tres años, puede abrir un nuevo capítulo en la historia venezolana. Es un síntoma de debilidad de un régimen que se siente aislado internacionalmente y que se tambalea. La última decisión de este nuevo Santos Banderas de anular el parlamento que había sido elegido sustituyendolo por una Asamblea Constituyente que pretende perpetuar al tirano. Todo ello rayano en el delirio, en que Maduro no cesa de proferir discursos incendiarios, repletos de ridículo y sarcasmo. La oposición ya tiene a su líder, Leopoldo López, el líder que ha recibido el apoyo unánime de la sociedad civil e institucional de todos los demócratas de todas las latitudes, su verbo es también muy candente y ha adquirido el carisma necesario para encabezar una esperemos no muy lejana solución democrática, que ponga fin al esperpento y la tiranía. Una reflexión interna que tenemos que hacer para vacunarnos contra futuras tiranías, empezando por el esperpento no violento y festivo de Cataluña y la amenaza de Podemos y sus compadres, que desean torpedear la democracia, con su división de poderes y corsés legalistas, invocando los derechos humanos para burlarlos e imponer sus ocurrencias y tropelías, renegando de la transición que supuso la reconciliación nacional y un régimen de las autonomías, para llevarnos a un disparate plurinacional y federal, que ha contagiado al Divino Pedro en su carrera para apoderarse del espacio de la extrema izquierda y poder escalar los peldaños hacia La Moncloa, para instalar un esperpento en miniatura,una caricatura miniada del Tirano Banderas. Las constantes ocurrencias y salidas de todo este Ruedo Ibérico, volvemos a Valle-Inclán, ya nos dan pistas de por donde pueden ir las cosas con sus propuestas y decisiones arbitrarias, por el momento estamos instalados en el disparate hecho política, que nos divierte a quienes tenemos espíritu crítico y sumerge en la indiferencia al resto de la sociedad, que bastante tiene con salir adelante. Queridos lectores alegremosnos por la libertad de Leopoldo López, admiremos a Ramón Maria y su clarividencia al retratar al Tirano americano y sus posibles réplicas ibéricas.