En mi diálogo con Jeffrey Sachs surge el tema del rechazo de Donald Trump al acuerdo del cambio climático. El excéntrico presidente ha destruido el trabajo de expertos, grupos de presión, sociedad civil y políticos que se dan una cita en la conferencia de Paris de diciembre de 2016. Como si fuera un error, Donald se ha vestido de tirano y ha terminado nada menos que con las reflexiones de toda esta conferencia. Es cierto que Estados Unidos nunca había aceptado los acuerdos de Kioto sobre el cambio climático y que solo Obama en el último año de mandato, el periodo conocido como "lEmdac" las había firmado. Para Sachs esto no es solo un acto de ignorancia y narcisismo sino que representan la profunda corrupción del sistema político del país. El prestigioso profesor de la Columbia University piensa que Estados Unidos ha dejado de ser una democracia completa y ha caído en brazos de los poderosos intereses corporativos con declaraciones fiscales, carta de libertad para los mega contaminadores y guerra declarada al calentamiento global. Se abre así un frente en la política internacional, una nueva entente entre Europa y China.
El nuevo dArtagnan de la política europea es el presidente Macron que ha ganado muchos enteros en su entrevista con Putin en Versalles. En la sala de los espejos en lo que se firmó la capitulación de la Primera Guerra Mundial Macron defendió los puntos de vista europeos frente al cesarismo democrático de Putin. Entiendo que esta dialogo franco-ruso influenció a Trump, quien declaró la guerra comercial a Alemania.
En todo esto nuevo juego de grandes potencias hay otros países que están en rápida expansión, como es el caso de la India, que aspira también a participar en este duelo al sol del nuevo equilibrio mundial.
Los americanos, mejor dicho, estadounidenses, ya que los canadienses y mexicanos son también norteamericanos, creen que el mundo es su misión y que tienen que intervenir en todos los temas que preocupan al mundo. Sin embargo la situación de dependencia que ha tenido Europa respecto a los Estados Unidos es muy grande y no se acepta que de la noche a la mañana quieran desentenderse de los temas mundiales. En el cambio climático no hay países, esta en juego el destino de la humanidad.
Esta nueva actitud del presidente americano sorprende también a sus tradicionales aliados asiáticos como Japón y Filipinas. El populismo es como un virus que esta contagiando la política internacional y si a esto añadimos las falsas verdades, el panorama se ensombrece. La aspiración de todos los grupos pacifistas ha sido la conversión de la economía de guerra en la que vivimos en una economía de paz.
Estados Unidos ha firmado un gigantesco negocio de ventas de armas a Arabia Saudí con lo que se acentúa esta economía de guerra. 110.000 millones son una gigantesca cantidad, mientras tanto los republicanos proponen recortes en sanidad que afectan a más de veinte millones de personas y de un plomazo terminan con el programa de alimentos para los pobres, la cooperación con los países menos desarrollados, fondos vitales para las Naciones Unidas, y ciencia y tecnología. Es una loca carrera que recuerda a Indianápolis y sus quinientas millas.
En Europa hay temas que todos aceptan: la educación, la sanidad y las pensiones, no hay partidos políticos que no les apoyan. Además, Trump no quiere ver nada del dinero negro, que es este dinero que los blancos hacen contra los negros o los pobres del mundo. Para quien esté interesado en este tema incluimos el artículo completo de Jeffrey Sachs. https://www.project-syndicate.org/commentary/trump-political-masters-koch-brothers-by-jeffrey-d-sachs-2017-05
Hay asuntos y denuncias que pertenecen a la política interior de los Estados Unidos que en España y en toda Europa encuentran también ejemplos parecidos. En el famoso parco de Bernabéu que denuncia Piqué se deciden la mayor parte de los asuntos políticos y financieros de España con flecos hacia Europa. Quien se tome la molestia de leer el artículo de Jeffrey Sachs podrán poner nombres españoles en vez de americanos.
Los ambientalistas, todo este mundo de ecologistas a quienes les duele el planeta están en pie de guerra. Es cierto también que el ecologismo entendido como nueva religión tiene también sus peligros. Los dinosaurios desaparecieron cuando no había industrias ni automóviles ni chimeneas. Sin embargo, la contaminación es innegable y los amigos chinos están muy preocupados cuando no se ve el sol en Pekín y en Shanghái. Hay paradojas, la población mundial vive más años en los países industrializados que en los en desarrollo. Las enfermedades pulmonares no parecen acortar la vida de japoneses y españoles, que son los dos países más longevos del mundo.
Los populistas que pretenden resolver problemas difíciles con soluciones fáciles son un grano que nos ha salido a todos en nuestros traseros. Un verdadero furúnculo como lo que sufren los ciclistas del Tour de France. En América primero, La Francia de Juana de Arco, la Hungría de Orban, la España de Podemos con todos sus entapújalos y sus monstruos. Están ahí. La ideología de género que trata de conseguir la igualdad de la mujer en todos los aspectos constituye también un gran reto.
En los países donde la unidad económica es la familia es muy difícil pasar del jefe de familia, a que todos sus miembros trabajen. Es una verdadera revolución. Para Mao la mujer es la otra mitad del cielo. Ahora esta otra mitad es no solo retórica sino la ciudadana completa. De todas formas, mañana volverá a salir el sol, y por la noche la luna, a pesar de todos estos problemas globales y de todo los Trump que en el mundo han sido.
