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Fraga

jueves, 01 de junio de 2017
Fraga En el Casino de Madrid en una Tertulia sobre la libertad de expresión se evocaron algunos aspectos de la personalidad de Fraga Iribarne, el gigante de Villalba. No fue una reunión de nostálgicos sedientos de viejas banderas, sino de periodistas, políticos e intelectuales a los que la circunstancia histórica hizo vivir páginas inolvidables, en que les caracterizó el amor a España muy impregnados del proyecto de grandeza con que la dictadura trato de curar el radical pesimismo de la generación del noventa y ocho, la que pierde las colonias y se interroga sobre la identidad de España, bebiendo en las aguas totalitarias de quienes recrearon el Imperio Romano y proyectaron un Reino milenario del Hombre blanco. Les unía a estos ilustres miembros de la generación de la guerra civil el haber trabajado directa o indirectamente con Fraga, incluso un veterano coronel le había seguido en cinco gestas y ante la provocación para que escribiera la biografía declinó esta invitación, pero dejo algunas pinceladas para retratar al ilustre lucense. "Fraga siempre tenía un proyecto cuando forjó las bases del turismo, de la politica de información de la apertura politica en la embajada de Londres, en su partido político y en su Galicia natal. Utilizaba como táctica su proverbial mal humor, que le permitía llevar su proyecto adelante siempre de forma autoritaria, pero clarividente. Era un hombre extremadamente austero, que en su casa trabajaba en la mesa del comedor y pagaba de su bolsillo los modestos gastos familiares". Un hombre de acción atrapado en el "yo soy yo y mi circunstancia" de Ortega y Gasset, como todos estos venerables, por la edad, servidores del Estado, que estaban abordando nada menos que la libertad de expresión, que fue cercenada en la Republica por la defensa de la misma, que se disfrazó de propaganda en la cruenta guerra civil, que se eternizo en una dictadura que trataba de convertir a los españoles en mitad monjes mitad soldados y en una democracia que los había llenado de ilusión, luego de autocritica y desencanto y de desorientación al adentrarse en las honduras de una insondable revolución digital, comparable a la invención de la imprenta de Gutenberg y que no conoció Fraga el hombre de los mil saberes, los dos mil proyectos y los tres mil gaiteiros. Habiendo vivido muchos años con la España de la diáspora, los soñadores de una España republicana que naufrago en las discordias y no pudo encontrar la brújula de la concordia ha sido para mi un gran momento de reflexión y de reconciliacion nacional esta tertulia de José Luis Yzaguirre, este singular periodista con la voz poderosa de un Argonauta y todo un tesoro de anécdotas, que se quedó atrapado en el Aeropuerto de Barajas en un día de huelga de enfurecidos taxistas contra las nuevas plataformas de libertad de iniciativa que predica Bruselas. Sus tertulianos sacamos adelante el tema de la libertad de expresión con más trancas que barrancas y en que emergió poderosa y con luz propia la figura con luces y sombras de Manuel Fraga Iribarne, genio y figura.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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