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Don Tancredo

martes, 30 de mayo de 2017
Don Tancredo ‎Los partidarios del "tragala" piden "diálogo" a los impasibles de Don Tancredo. Este personaje dotado de gran paciencia y espíritu de resistencia, práctica la espera como táctica de desgaste a los noys del tragala. Permite insultos y escupitajos de todo tipo y no se inmuta. Ni pierde las formas. Unos y otros se reúnen puntualmente en actos y jornadas y dominan el disimulo y las insinuaciones. Los tragaleros o tragatontos, que los lingüistas no se ponen de acuerdo, han llegado en su audacia a bailar su grotesco rigodon en la mismísima Cibeles y aireado sus banderas a orillas del Manzanares. Quieren desconectarse y desean que sigan financiandoles y encima les abracen. En el fondo su provocación aumenta día a día para provocar una reacción a su osadía, pero Don Tancredo inmóvil en el medio del ruedo ibérico no mueve una ceja. Se publican documentos más o menos filtrados y glosados. Los tragatodo hacen guiños a Europa para que aunque sea a regañadientes les admitan como comensales del banquete comunitario. Sus escribas y fariseos ejercitan sus sofismas, mientras sus monjes y obispos se preparan para Tedeums solemnes y los corifeos se aprestan a desfiles engalanados con gallardetes mientras entonan himnos y profieren osanas a su historia inventada. Don Tancredo medita que hacer, de todas partes le incitan que haga algo, que pase a la acción. El Divino Pedro, el renacido, esgrime la multinacionalidad, una nación sentimental y cultural, que no acontenta a los tragatodo, pero debilita aun más a Don Tancredo. Los populistas con sus ropajes de indignados agitan las aguas esperando que se produzca un estallido social que les permita imponer un orden revolucionario prescidiendo de estúpidas leyes y una plumbea Constitución. Imitan la filosofía okupa y quieren ocupar el poder empezando por el Palacio, derribando la Monarquía y endosando el gorro frigio. Delirios, sueños imposibles, desvaríos puede ser, lo importante para su caudillo el peronista de Vallecas con su adorada y deslenguada Evita a su lado es la acción por la acción y su consigna es la audacia, como Danton "l'audace, toujours l'audace". Este juego chinesco de sombras domina la política española. El gordo y el flaco de los tragaleros se rascan los sesos para inventar y escenificar divertidas tretas y cómicos, aunque siempre solemnes, desplantes. Una primavera caliente hace adivinar un verano candente. Los españoles todavía no infectados por el virus del esperpento nos preguntamos hasta cuando continuará este diálogo de sordos y terminará con la paciencia de Don Tancredo y sus leguleyos. La farsa tiene un limite. Tal vez sea solo un sueño de verano y al final Don Tancredo y los tragalistos saldran al ruedo y bailarán, los unos quieren una sardana los otros una jota. Ruedo ibérico.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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