Peregrinación de gourmets a Roma

‎El cinco de junio, tres días después de la Fiesta Nacional italiana en que se celebrará el tradicional desfile en el Foro, llegaran a Roma los componentes de la buena mesa madrileña, una especie de Academia de los gourmets, que ocupándose de asuntos del cuerpo, pues son cultores de la buena gastronomía desean ocuparse del alma y para ello asistirán a la Audiencia de Su Santidad el Papa Francisco, el popular Papa Bergoglio de Buenos Aires, defensor de los excluidos e impulsor de la cultura del encuentro para recibir su bendición y besar el pie del apóstol Pedro en la Basílica de San Pedro siguiendo la tradición. Atravesando la colonnata del Bernini ante la imponente fachada de San Pedro recibirán sin duda una inspiración para cultivar el alma mientras se recrean los sentidos. Visitaran también la Embajada de España ante la Santa Sede, recientemente restaurada en tiempos del castizo embajador Vázquez por la magnanidad del prócer de Inditex Amancio Ortega, que todos los años alberga la fiesta de la Inmaculada el 8 de diciembre ante la columna de Maria Santísima y en cuyo palacio presto sus buenos oficios el caballero Giacomo Casanova y que como singularidad máxima tiene un fantasma, un alma en pena, que deambula, por las mismas estancias que recorrerán los miembros de esta Academia de gourmets gentilmente guiados por una bella azafata. El embajador Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga les recibirá y les dedicará unas palabras de amable bienvenida. Esta es la parte protocolaria de esta comitiva del buen vivir, quienes ya reconfortados por la Santa Iglesia Romana y por la Embajada de España ante la Santa Sede no dejarán de degustar algunos de los platos tradicionales de la cocina romana, como los famosos carciofi alla giudea, las reputadas alcachofas a la judia, le trippre, los callos, la coda alla vacinara, tipo rabo de toro en versión vaca, el genuino saltimbocca alla romana, estos escalopines con jamón y claro está beberán los vinos blancos de Frascati, de color transparente y suavemente pajizo, que acarician desde generaciones los sedientos paladares de los pergrinos o los alegres amigos de Bocaccio y sus múltiples Cofradías en esta ciudad profundamente católica y pagana a la vez. Actuará de portavoz del grupo, al que Macron el nuevo presidente francés designaria como bon vivants, el gerente de Casa Manolo José Ramón Rodríguez, que entre sus huestes cuenta con un gran cocinero el gallego Besteiro, que rivaliza en fama y en reputación de buen hacer con el alcalde Julián Besteiro y un descendiente pirata, cuarta generación de meritorios restauradores desde 1934. Otros peregrinos son personalidades de la cultura, la gastronomía, el arte y todas esas cosas que recrean y dan lustre y esplendor a la vida que estos madrileños de pro, gatos por nacimiento y adopción campean y pasean por la ciudad eterna, esta ciudad plagada de gatos de todas clases. No faltará tampoco el apéndice futbolístico que vendrán dados por las emociones brindadas por los lances galeses del Real Madrid y de la Juventus, la vecchia signora, que habrán disputado la final de la champios en Cardiff el 3 de junio y se sentirán representantes no solo del Club del Bernabeu, sino también de los legionarios del Atlético, de los pepineros del Leganés y de los esforzados Getafe y Rayo Vallecano. Roma esta dividida entre Roma y Lazio y vuestro audaz reporter es hincha de la Lazio. Los asuntos del fútbol unen y dividen a españoles e italianos, pero la pujante vitalidad de ambos países, su picaresca y simpatía levitadas por la espiritualidad del Vaticano hermanan a romanos y madrileños. En Roma caput mundi la Academia de gourmets de Madrid recibirá su bautismo de fuego, esta vez con agua bendita.