Madero y las vacas

‎El Cesar Caligula nombró Senador a su caballo Incitatus, un caballo de carreras favorito del tercer emperador de la Antigua Roma. No se si la cultura del Presidente venezolano, que fue conductor de autobús, da para tanto y esta versado en los clásicos. De todas formas como es un hombre intuitivo y en su escalada por saborear las mieles del poder y al enemigo ni agua, en su visita a una Feria de Ganado dirigió un buen articulado discurso, debidamente declamado a unas vacas, que en su inocencia y timidez no osaron levantar los ojos, tal era la majestad de la alocucion del sucesor de Bolívar al referirse a su tema favorito, la Constituyente. Desgrano su sabiduría a grandes dosis y apunto con su augusto dedo el de las bonitas peinetas a estos pacíficos rumiantes a los que quería convertir al chavismo a marchas forzadas. Este estupendo ejemplo de cordialidad con los animales debería ser seguido por sus compadres españoles y seria precioso que nuestro respetado peronista de Vallecas se dirijiera en vez de a sus amadas aspirantes a Evitas a las ocas y a los gorilas y los incitara a presentar sus formidables mociones de censura, no llegaría a la grandeur maduriana, pero como aplicado discípulo echaría mano de su proverbial léxico chabacano y cantinflesco para humillar a esa canallesca trama que pone sobre la Cruz de Jesús al sufrido pueblo español. Otro momento de exquisitez dialéctica seria el de los Srs. Junqueras y Puigdemont arengando a los burros, animal símbolo y tótem de la Cataluña aherrojada y víctima, sobre las bondades sin cuento del referéndum, prometiendoles ‎su conversión en paladines del independentismo, amén de hacerles socios, berretina incluída, del Barcelona Club de fútbol. Vacas, asnos, ocas y gorilas dignificados y colocados en puestos relevantes de los nuevos tiempos, la era animal. Loor a estos prohombres. Maduro ha entrado por la puerta grande en la legión inmortal de Calígula, es de esperar que su ejemplo se siga y favorezca y fortalezca las instituciones democráticas. Una mala noticia es que las vacas asturianas, las de los Valles, han rehusado participar en esta sagra del esperpento, prefieren ser simplemente simpáticas vaquines sin aspirar a los entorchados de sus hermanas venezolanas y a los burros catalanes. Nobleza obliga.