La Patria... española

Me regalaron por mi cumple, perdón si voy de moderno, el libro Patria, que ha tenido un gran éxito editorial. Lo abro a orillas del Cantábrico con ese hormigueo que producen las grandes citas literarias y compruebo que tiene todos los alicientes para desenmascarar el silencio culpable, lo que los sicilianos llaman l'omerta, de una comunidad cobarde aterrorizada por la mafia de todos los Corleones del Padrino. Sin embargo no creo que pueda convencer a los abertzales, que seguirán en sus treces y se verán parodiados, pero no les harán mella las 600 páginas de apretado texto, al que apunto algunas salvedades, uno de los constitucionalistas, experto en euskera y bersolari tiene una pareja que se llama Ramuncho y la madre del etarra tiene a su cargo una pariente que esta paralítica y en condiciones lamentables. Un folletín. Entre los logros que a mi juicio los tiene, la pintura del curita local, parecido al Don Abundio de los Promessi Sposi del Manzoni, un redomado hipócrita con esas infulas de buenismo que alientan a los terroristas a cumplir con sus amenazas en aras de la pureza racial de los vascos miticos, de Sabina Arana, el mejor discípulo de las teorías favoritas de los nazis con su refinado odio al maqueto, el diferente. El relato alterna el presente con el pasado y cuenta muy bien las secuencias del atentado, que enfrentará a dos familias de vecinos‎, con hijos dignos del más manido culebrón. Para quien sea ratón de bibliotecas como mi amigo Nacho el galáctico, anticipara los sucesos, que han sido objeto de crónicas, como un rosario de ignominias. Esta tupida red truculenta desvela una triste historia de pueblos de Guipúzcoa recalcitrantes en esa búsqueda enloquecida de esa patria vasca de siete provincias, la Euskal Herria, con su Iparralde Norte y su perla de la corona, la Navarra abertzale. Se lee rapidamente, ya es un mérito, pero tiene un tufillo irreal, de pintura forzada, que solo convence a los convencidos y que incluso con el relato de las torturas que inflingen Guardia Civil y policia nacional a estos sangrientos patriotas proporcionan argumentos a Otegui y compañía para querer perderlos de vista. Por eso Patria es un buen libro para convencidos, pero esta lejos de plantear los dilemas de conciencia de un Albert Camus, que promueven un terromoto en las convicciones y sacuden los estereotipos. Por eso creo que el título de este best seller debería ser La Patria... española.