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La salve marinera

jueves, 20 de abril de 2017
‎Todavía emocionado por una Salve marinera al final de la procesión de la Soledad en Sabugo la parte antigua de Avilés me pongo a escribir unas líneas sobre la belleza de nuestras tradiciones españolas. La salve marinera
Avilés la tercera ciudad de Asturias recibió un aluvión de trabajadores del sur de España en los años setenta y ochenta atraídos por su planta de acero Ensidesa, con la que el régimen franquista deseaba contentar a los broncos y levantiscos mineros asturianos. Esta mezcla de sangres ha sido magnifica, pues a los celtas asturianos robustos y de ojos azules alternan los pelos encrespados y los rostros morenos de la estirpe mora. Destaca por su rica vida cultural, un teatro de campanillas el Palacio Valdés, un centro moderno internacional el Niemeyer y fiestas populares de relieve como el Antroxu, que es el Carnaval, la Comida en la Calle del lunes de Pascua, un Festival de Teatro en agosto y una bonita Semana Santa, con los San Juanines como plato fuerte y una sentida procesión de la Soledad. Recuerda a las ciudades de la toscana italiana o de la Renania alemana con ciudades industriosa y ricas en cultura. En la Semana Santa en Asturias no se escuchan saetas. "Esto ye pa bajo" me explica un simpático paisano, pero "escuche, escuche la Salve marinera" me conmina. No tiene la alegría desbordante de la Salve rociera, pero es muy solemne y da ganas de gritar guapa, La salve marineraguapa a la Virgen, que luce un precioso manto negro. Esta devoción mariana de España que tanto emocionaba al gran Papa polaco, el de Totus Tuus, que su peregrinar llego hasta el Rocío y venero a la Blanca Paloma, a sus sinpecados y a todas esas pintorescas comitiva de carretas y de folklore, de finos y de faralaes. Lo que los andaluces llaman la tierra de María Santísima y que ahora que la UNESCO declara a todo lo bello y artístico parimonio de la humanidad, es patrimonio del alma profundo del alma de España, que no me avergüenza defender y hasta poner los ojos en blanco y que no es incompatible con los adelantos científicos y la multiplicidad de la vida contemporánea. A los mexicanos y a los asturianos, se puede ser ateo, ácrata, revolucionario pero que no nos toquen a la Virgen de Guadalupe y a nuestra Santina de Covadonga. Atrás queda el 1934 donde los indignados del momento dinamitaron la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo que se remontan al siglo VIII, se ha impuesto la cordura y se respetan las manifestaciones religiosas en la Asturias de nuestros dias. Una Salve marinera en una noche del Viernes Santo rodeada del fervor del pueblo es un canto a esa espiritualidad, que puede ser ingenua y bordear la leyenda, que ha hecho en el pasado erigir las catedrales y los templos que embellece nestros países europeos. Salve Regina y que conste amigos lucenses que no me olvido de vuestra Virgen de los ojos grandes.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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