Educación para la paz en Palestina

Uno se llena la boca hablando con mucho énfasis y engolando la voz cuando se habla de temas de paz y se aborda la educación. Te ves en Solna marchando junto a Martín Luther King o en su caminar en Washington hacia la estatua de Lincoln para pronunciar su mítico "Yo tenía un sueño" o junto a Nelson Mandela endosando la camiseta del equipo de rugby de Sudáfrica o consiguiendo la independencia de la India a flanco del Mahatma Ghandi invocando y haciendo realidad la no violencia, pues todo esto es lo que ha hecho una pequeña gran mujer Elvira Sánchez-Igual impulsora de AMEI, Asociación Mundial de Ed‎ucadores Infantiles, que fundó su padre Juan Sánchez-Multierno un educador albaceteño. Elvira se ha puesto el mundo por montera y ha pisado los ruedos más arriesgados y difíciles del mundo llevando su programa de Educación para la Paz a Bosnia Herzegogovina y en estos días nada menos que a Gaza y a Ramala apoyada por UNICEF y no ha quedado en juego de salón, lo ha hecho arremangándose, consiguiendo el visado de Israel en Madrid, en rápido viaje desde El Ferrol donde vive con su marido un apuesto oficial de marina con quien tiene tres hijos pequeños. Cuando llamas a su casa siempre se oye a un niño pequeño chillando, pero saca tiempo para seguir como moderna Agustina de Aragón al pie del cañón de la no violencia. Que jeribeques hace para ejercer de estupenda madre y de educadora en activo es uno de esos misterios misteriosos que sólo las naturalezas fuera de lo corriente pueden cubrir. Estamos pues en Madrid con su visado ya estampado le firmo mi último libro que le he dedicado y con su pequeña estatura y su fortaleza se va rauda y veloz al metro para volver a Galicia.Siempre a toda velocidad. Elvira lleva años presentando conmigo el Premio Escolar Paz y Cooperación en Naciones Unidas de Nueva York y la última vez que lo hizo fue el pasado octubre en Viena y fue siempre una visita relámpago y así ha sido también su estancia en Jerusalén y su intento fallido de entrar en Gaza acercándose a la frontera y tener que echar mano de comunicación vía Skype y adoctrinar a maestros de Gaza que le hicieron recomendaciones de respeto, paz y justicia. Después se dirigió a Ramala la capital del Estado palestino y visto y no visto desgranó sus enseñanzas y recibió una cariñosisima acogida por los 40 maestros palestinos, que esperaban sus palabras como si se tratara del Sermón de la Montaña. Elvira emplea el onusino, que es el inglés que masticamos toda la fauna que pulula en torno a Naciones Unidas. Es resuelta, convencida y convincente. El comunicado de la Agencia EFE, espléndido por cierto relata su breve pero intensisima presencia y remacha como una benemérita ONG española puede ejercer la osadía de impartir lecciones de educación para la paz en zonas de conflicto y de como la diplomacia ciudadana complementa la acción a veces demasiado lenta y siempre muy revestida y trabada de formas de los gobiernos y de las burocracias internacionales. Elvira enhorabuena estoy orgulloso que seas patrona de Paz y Cooperacion y que en Jerusalén hayas puesto una pica en Flandes. Una hazaña más de la portentosa generación Cola Cao de España.