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Bangladesh beligerante

lunes, 10 de abril de 2017
‎Las Fiestas Nacionales que se suceden una tras otra en Madrid dan ocasión de dar la vuelta al mundo con una copa en la mano. Asisten los embajadores extranjeros, en general por Bangladesh beligeranteafinidades geográficas y políticas, una fauna de periodistas especializados y de la sociedad civil, algunos ilustres empresarios y artistas y la colonia del país que festeja su efemérides patria. Suele haber un par de discursos institucionales a cargo del embajador y de un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación o de Turismo. En el día de Bangladesh el discurso del embajador se sale de las reglas más o menos respetadas por todos, de moderación y de fiesta y se convierte en un mini mitin, en que se rinde tributo a los tres millones de víctimas que costó la lucha por la independencia y las 200.000 mujeres profanadas y vejadas y a la vez es un alegato electoral, que parece ignorar que no estamos en Daca,sino en Madrid. Alaba a su actual gobierno,al que define como liberal frente al agresivo y fanático de la oposición. Saca el botafumeiro para alabar al padre de la patria Sheik Mujibur Rahman, al que ahora sucede en la presidencia su hija, una mujer más que se suma a la ganadora de las elecciones recientes en Hong Kong y a la depuesta de Corea del Sur. Es la hora de la mujer no solo asiática, aqui en Madrid tenemos varias estupendas embajadoras como la muy activa de Indonesia y, la muy elegante de Rumania, la dinámica de Hungria y las jóvenes muy atractivas de Chipre‎ y Tailandia, sin olvidarse de las muy dignas de Ghana y Nigeria y las muy solemnes de Emiratos Árabes y Omán, sin olvidar a Madame Algerie y a la mejor pelucada de todas la desbordante embajadora de Polonia. He utilizado el superlativo, con continuo uso del muy, porque todo en la mujer es Bangladesh beligeranteextraordinario desde su maravilloso don de ser dispensadoras de vida, hasta sus luchas por la conquista de la dignidad. Volviendo a Bangladesh, el país de Bengala, en el delta del mítico Ganges, país superpoblado y azotado por sunamis y devastadores monzones, hambrunas bíblicas, pero que desde los noventa ha experimentado un notable crecimiento económico, pero sin poder desterrar las lacras de la pobreza extrema y de la corrupción, como nos informan los cautos informes del Banco Mundial. En Italia estos bengalíes tienen una notable visibilidad en las calles como solícitos vendedores de paraguas e insistentes floristas, un poco como los omnipresentes chinos en España. En Barcelona hay una colonia de bengalíes y pakistaníes que destacan por sus dotes para el comercio. En la globalización, o expansión de la mundialidad, estas comunidades tan exóticas son como el azafrán muy coloridas. Por cierto el himno de Bangladesh parece salido de la batuta fácil y alegre del Maestro Guerrero. Amigos cuando tengáis, por ejemplo que liberar un móvil preguntaros quien es el hábil mecánico que lo manipula, si es de piel un tanto oscura y bambolea la cabeza, puede ser bengalí. El mapa humano de las grandes ciudades europeas se enriquece con los tejidos elaborados a veces en condiciones penosas por trabajadores de Daca y alrededores, mirad las etiquetas y lo comprobareis. No se como terminará este audaz embajador mitinero, dependerá de las próximas elecciones. A un colega suyo alemán que se atrevió a tomar partido imprudentemente antes de los comicios lo cesaron de forma fulminante por correo electrónico, no apenas afloraron los resultados. Le deseamos que tenga suerte y la fortuna le sonría y le nombren ministro antes de que sus atrevidas palabras en tierra extraña le den un disgusto que le quite el hipo y el cargo.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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