La forma conforma

Francisco ya empieza a contagiarse de la pompa, en su caso sin vanidades, vaticana al recibir nada menos que en la Capilla Sixtina a los 27 mandamases de la Unión Europea. Con todos los focos iluminando al Juicio Final de Miguel Ángel la Iglesia Católica Romana da un espaldarazo, sin ambages ni matices, a la idea Europea, que hace sesenta años hicieron realidad el canciller Adenauer y el mayestático general De Gaulle, cuya foto asomados al Campidoglio, el olivar en español, dió la vuelta al mundo y ahora se repite hasta la saciedad. Tuve ocasión de participar en un acto en el aula magna de este Palacio de los Conservadores del Capitolio junto a Santiago Carrillo y a Rafael Calvo Serer cuando representaba a la oposición española en Italia y participé en una gira por la República transalpina, que incluyo Turín, Nápoles y Roma. Impresionaba tomar la palabra en este monumento histórico, cuando soplaban entre nosotros aires de fraternidad inflamados como estábamos por los ideales embriagadores de libertad y recordando como el 25 de marzo de 1957 se había firmado en esta sala los tratados de Roma, fruto del Informe Spaak, revederdeciendo los fastos de la Europa de Carlomagno, quien en el remoto 812 fue coronado emperador de Roma, remedando los antiguos Césares. Francia y Alemania después de tres guerras y una hecatombe de muertos y devastación habían sellado su reconciliacion‎ acompañados por los países del Benelux y de los anfitriones italianos. Se empezó por la Comunidad europea del carbón y del acero y del Euroaton pasándose luego al pacto político para crear una Europa Unida. A estos seis magnificos, los seis miembros fundadores, les sucedieron luego todos los demás hasta llegar a 28 paises y últimamente a 27 con el Brexit del Reino Unido. El atentado terrorista de Londres del profesor de inglés de 52 años, resto protagonismo a este solemne reencuentro y lleno las calles de Roma de policías y militares con sus metralletas, con la amenza también de seis manifestaciones de los antisistema y de los populistas de Grillo, que boicotean al euro y a la Unión europea‎. Discordia interna y amenaza global, que no pueden quitar el lustre y el brillo de los estupendos años de paz y prosperidad que ha vivido Europa. Los indignados protestan por no poderse sentar dignamente a la mesa repleta de todo lo que puede ofrecer la Unión Europea en medio de una segunda revolución industrial, la de los portentosos avances tecnologicos. Los centenares de miles de refugiados que desean instalarse en la UE atestiguan el éxito de una Europa, en movimiento, aunque acechada por los fenómenos populistas e insolidarios. En España mientras tanto asistimos atónitos a la permanente e infatigable payasada de los independentistas catalanes, que no se cansan de proclamar a los cuatro vientos sus ansias separatistas. No respetan las formas, el cumplimiento estricto de ley y se embarcan en el dislate perpetuo, no comprenden que la forma conforma, como en Roma en 1957 y de nuevo ahora en 2017. Larga vida a Europa como espacio de Paz y Cooperacion!