Año Nuevo Persa

El Nowruz es el nombre para la celebración del Año Nuevo de la antigua Persia, que conmemora el actual Iran que no reniega de sus antiguas tradiciones. La Agregaduria Cultural de la embajada de Iran en Madrid organiza todos los años esta fiesta que coincide con el equinocio de primavera. Este año en el Matadero de Legazpi, este gran Centro Cultural en un barrio muy revalorizado por la proximidad con el Madrid Río, la gigantesca obra de Gallardon que ha endeudado a los madrileños para los restos, pero que ha dado al castizo aprendiz de río, el Manzanares, una nueva dimensión, de un Madrid volcado a su humilde río. El Matadero conserva la añeja estructura de los degüellos del ganado lanar, porcino y vacuno y donde antes se sacrificaban a las bestias, a los animalitos ahora florece la cultura y en la crónica política ha sido la poma de la discordia, que ha costado la cabeza a Celia Mayer, la increíble y surrealista regidora de cultura del Ayuntamiento de Madrid. En una sala no muy grande nos recibe la embajada al gran completo, a la embajadora se la saluda llevándose la mano al corazón como es habitual en Irán, mientras el embajador es muy cordial, tiene aire de clérigo muy pío y serio, todos ellos han abolido la corbata, símbolo burgués, que no casaba con los ideales igualitarios y teológicos de la Revolución de Jomeini‎. La música está a cargo,en este local que es una dependencia de la poética Casa del Reloj, de cuatro músicos que interpretan canciones de amor, de faenas agrícolas y ritmos patrioticos. Recuerda mucho a la griega, con instrumentos autóctonos, con un bombo y una pandereta gigantescas, un laúd parecido a la balalaika rusa, un xilofon con aires de marimba y un guitarrín con un tronco muy largo. Música folklórica, que invita a batir palmas y mover los pies. Hay momentos de cante jondo con gorgoritos y todo. El público muy formal y un poco frío. Mi vecina la embajadora de Tailandia no deja de trabajar con su móvil, es incansable y parece disfrutar del espectáculo. Se echan de menos cuatro bailarinas con sus vistosos ropajes, que llevaran el ritmo, que contagia y llama a la danza.A la salida reparten calendarios de esta fiesta de la luz, que se remonta a Zaratustra, el de la luz y la obscuridad, y a un templo en Uzbekistán donde se originó la llama. Son historias, leyendas que embellecen la vida y espuelan y dan vuelos a la fantasía. Queridos lectores recuerden esta palabra el Nowruz, que nos proyecta hacia la batalla entre la noche y el día y que representa el triunfo de la luz y el renacer de la naturaleza y todo ello en tierras exóticas de la ruta de la seda. Feliz Año Nuevo Persa.